Las pensiones, la economía y sobre todo la corrupción fueron los temas principales que debatieron durante el enfrentamiento. En un principio, ambos líderes mantuvieron un tono firme, poco bélico, aunque con un lenguaje lleno de ironías, hasta que Sánchez puntualizó con unas duras declaraciones sobre Mariano Rajoy en referencia al Caso Bárcenas, que convirtieron el ‘Debate Cara a Cara’ en una constante lucha léxica. “Tenía usted que haber dimitido hace dos años. Si usted sigue siendo presidente el coste para nuestra democracia será enorme. El presidente tiene que ser una persona decente, y usted no lo es”, decía el líder socialista.
Por su parte, Rajoy respondió con indignación a las acusaciones: “¡Hasta aquí hemos llegado! Yo soy un político honrado. Usted es joven, usted va a perder estas elecciones, pero de eso se puede recuperar uno. De lo que no se puede recuperar uno es de la afirmación ruin, mezquina y miserable que ha hecho usted aquí. Si usted tiene algo contra mí, lléveme al juzgado”.
Al finalizar el debate, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y de Ciudadanos, Albert Rivera, analizaron las palabras de sus contrincantes desde el plató de La Sexta. Calificaron el encuentro entre Rajoy y Sánchez como “el epílogo de una época” y afirmaban que “el bipartidismo había terminado”. Ambos se pusieron de acuerdo en que sus partidos emergentes renovarán la política, destacando que es lo que necesita España.
Por parte de los espectadores de Twitter se calificó como un encuentro antiguo y clásico. Más propio de los años 60, con muchas propuestas pero sin medidas concisas, destacando tweets como el del líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón: “Lo reconozco, no me dice nada nuevo este nuevo debate entre Cánovas y Sagasta”, o, como criticaba otro usuario de la red social: “Ha sido un debate de sordos. Ninguno ha escuchado al otro. Sin propuestas claras”. El debate estuvo moderado por el periodista José Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Televisión, quien no se ha librado de las quejas y comentarios de algunos ciudadanos por su poca presencia como moderador en la disputa.