Un tiroteo en un centro de servicios sociales de California ha causado este miércoles al menos 14 muertos y 17 heridos. El Inland Regional Center es un centro médico de tratamiento para personas con problemas mentales y de desarrollo. Según Jarrod Burguan, jefe de policía de San Bernardino, localidad de los hechos, los dos individuos estaban equipados con ‘armas largas’ para cometer una acción así y, al parecer, escaparon en un vehículo de color oscuro.
Tras cinco horas de búsqueda, la policía identificó el coche donde posteriormente se produjo un cruce de disparos en el que murieron dos atacantes, un hombre y una mujer. Ambos mantenían una relación sentimental y fueron identificados como Syed Farook, varón de 28 años y de nacionalidad estadounidense, y Tashfeen Malik, mujer, de 27 años y de nacionalidad desconocida. Poco después, una tercera persona que estaba en el apartamento con los atacantes y que había tenido aparentemente una fuerte discusión con ellos después del ataque, fue arrestada.
Barguan explicó que Farook era un empleado del Inland Regional Center y que el miércoles acudió a la fiesta que allí se celebraba con motivo de la Navidad, pero que abandonó el lugar tras una “discusión” para regresar más tarde con su pareja armado para perpetrar el tiroteo.
Aunque los motivos del ataque todavía se desconocen, las investigaciones apuntan al llamado ‘terrorismo doméstico’ o a la denominada violencia laboral, pero Barguan no descarta que pudiese tratarse de un ataque terrorista, al estar perfectamente organizado. Algunos testigos informaron de que los tiradores iban vestidos con ropa militar, chalecos de protección y con la cara cubierta por máscaras negras, abriendo fuego contra todo aquel que se encontraban por el camino.
Tras el tiroteo, el presidente Obama volvió a reclamar que se tomen medidas para frenar el fácil acceso a las armas de fuego, propuesta que los republicanos del Senado estadounidense bloquearon en abril de 2013. El mandatario añadió: “La plaga que sufre Estados Unidos no tiene parangón en el mundo. No se podrán eliminar todos los tiroteos, pero sí lograr que no ocurran con tanta frecuencia”.
Según datos de la Campaña Brandy contra la Violencia de las Armas, 297 personas reciben disparos por armas de fuego en EEUU cada día, de los cuales, fallecen 89.