Los representantes de los más de 190 países congregados en París con motivo de la conferencia del clima que ha arrancado esta mañana, buscarán durante las próximas dos semanas aprobar el acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto. La primera semana tendrán lugar las negociaciones técnicas, mientras que en la segunda les corresponderá a los ministros del área atar los últimos cabos sueltos.
La meta que persigue esta cumbre es reducir las emisiones mundiales de CO2 y otros gases de efecto invernadero, para así frenar el aumento del calentamiento global. El presidente francés, François Hollande, considera que para que la COP21 progrese, el acuerdo que se obtenga debe evitar el aumento de dos grados centígrados de la temperatura mundial para finales de siglo.
La mayoría de los países participantes ya han comunicado sus planes de acción voluntaria para los próximos años. Asimismo, la Casa Blanca ha anunciado que 20 países, entre ellos los cinco más poblados y más contaminantes (China, EE.UU., India, Indonesia y Brasil) han decidido duplicar sus inversiones en energías limpias.
"Vuestro esfuerzo genera una gran esperanza que no podemos defraudar", dijo a los presentes en la reunión el presidente francés, que destacó la amenaza que sufre el planeta y equiparó la importancia de este desafío a la de la lucha contra el terrorismo, en el contexto de los atentados del pasado 13 de noviembre en París.
Sin embargo, estos esfuerzos no garantizan la consecución de los objetivos planteados. Por ello, el pacto que se logre, que debería firmarse el 11 de diciembre, además de universal, debe ser vinculante, es decir, de obligado cumplimiento.