Lo que en un primer momento iba a ser el primer debate que enfrentaría a los líderes de los cuatro partidos con más votos, tal y como muestran los sondeos, ha acabado siendo un duelo entre los partidos emergentes. Ni Pedro Sánchez, de parte de los socialistas, ni Mariano Rajoy, por los populares, han aceptado asistir al acto. Sus atriles han quedado vacíos y sus nombres han sido abucheados.
Una vez iniciado el debate, el líder del partido naranja, Albert Rivera, ha criticado a su homólogo por no firmar el pacto antiyihadista. “No creo que se pueda ser presidente sin estar en un pacto de Estado contra el terrorismo”, ha manifestado.
Por su parte, durante el tiempo reservado a las propuestas económicas, Pablo Iglesias ha calificado el programa de Ciudadanos como “una sesión de coaching”, al no tener medidas concretas, por lo que Rivera lo ha acusado de ser populista.
A su vez, ambos se han echado en cara los pactos que ambas formaciones han llevado a cabo en el pasado. Los morados le han reprochado la alianza que unió a Ciudadanos con el partido de extrema derecha Libertas en las elecciones europeas de 2009, mientras que Rivera le ha echado en cara los pactos que le han llevado a gobernar con Bildu desde los pasados comicios municipales y autonómicos. Para finalizar el debate, ambos candidatos han prometido volver a verse las caras en los primeros cien días del nuevo gobierno
El evento, seguido presencialmente por más de 1.500 universitarios, ha tenido gran repercusión en redes sociales. La etiqueta #DemosEspaña con la que se podía seguir el debate, ha sido lo más tuiteado desde las 12 de la mañana a nivel nacional, cuando más de seis millones de usuarios han seguido en directo el cara a cara en 140 caracteres.