El mandatario británico considera que la mejor solución es que el ejército británico actúe por sí mismo, dejando a un lado las subcontrataciones de seguridad a otros países para que ejecuten ataques aéreos. El primer ministro defiende que los bombardeos a ISIS en Siria son la medida más eficaz que puede emplearse y la única manera de terminar con la guerra en el país.
Cameron sostiene que esta medida, además, disminuiría el nivel de amenazas y daños a los británicos, ya que los siete atentados que se han producido este año en Reino Unido han estado dirigidos por ISIS. “Las amenazas a nuestros intereses y a nuestra gente son tales que no podemos permitirnos quedarnos a un lado y no actuar’’, aseguró minutos antes de iniciar su comparecencia en Westminster.
El máximo responsable del Ejecutivo confía en que recibirá el apoyo necesario para poner en marcha la intervención de Reino Unido en Siria, a diferencia del año 2013, en que le fue denegada la propuesta por la Cámara de los Comunes. Es ahora cuando, tras los atentados en París y el voto absoluto del Consejo de Seguridad de la ONU, cree que la presencia militar de Reino Unido tiene la posibilidad de abrirse paso en Siria y no solo en Irak, donde ya se encuentra actualmente.
El primer ministro está convencido de que sus líneas de actuación en Irak no tendrán al repercusión que se necesita si no pueden ampliar sus medidas en Siria. De este modo, ha incidido en la necesidad de actuar en este territorio al igual que lo están haciendo ya otras naciones como Turquía o Estados Unidos.
Para iniciar el proceso de votación en los Comunes, el primer ministro debe asegurarse de que ganará las elecciones, ya que si las pierde sería un signo de debilidad que solo le perjudicaría más. Con una mayoría absoluta de tan solo 16 diputados, Cameron tiene que luchar por conseguir votos de la oposición.
Atendiendo a la necesidad de que Reino Unido actúe en el territorio sirio cuando ya hay otros países que lo están haciendo, el político ha garantizado que tanto Francia como Estados Unidos quieren que los británicos actúen.