La reunión de este viernes en Bruselas tratará el problema de las fronteras, que se ha convertido en un tema a tratar después de los atentados en París el viernes pasado. El objetivo de la reunión es reforzar la vigilancia desospechosos radicalizadosa través de un control más estrecho del tránsito en lasfronteras exteriores de la UE, incluido el de los ciudadanos europeos.
Para ello, los Veintiocho reiterarán la necesidad de introducir “de manera coordinada y sistemática” los controles de los ciudadanos que crucen la frontera exterior de la UE. La medida incluirá a quienes gozan del derecho a la libertad de movimiento (espacio Schegen), según el borrador de conclusiones previo a la reunión. De ser aprobada, entrará en vigor en marzo de 2016.
El ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, ha declarado, en su llegada a la cumbre que España está de acuerdo en reforzar las fronteras de la UE pero que cree que la medida más urgente y que ha de aprobarse “con inmediatez” es la creación de un Registro de Nombres de Pasajeros (PNR, por sus siglas en inglés). La misma opinión tiene la ministra de Interior británica, Theresa May, que además cree necesarias medidas sobre el control de armas en territorio comunitario.
Los controles sistemáticos ya se podían realizar en ciertos países europeos pero solo a aquellos individuos señalados como sospechosos por las autoridades competentes. Lo que propone Francia es un control sobre todos los ciudadanos, sean de la UE o no, sean sospechosos o no.
Tanto en los atentados del pasado enero a la revista satírica Charlie Hebdo como en los atentados de viernes pasado, los atacantes, aunque de origen árabe y religión musulmana, habían nacido en territorio comunitario y tenían nacionalidad de un Estado miembro.