Lo había prometido hace un año a las víctimas: “Todos los obispos deben ejercer su oficio de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protección de menores y rendirán cuentas de esa responsabilidad”. Aquella declaración del Papa Francisco ha tomado forma tras la introducción de un nuevo delito canónico y la creación de un tribunal específico para juzgar los abusos sexuales a menores por miembros de la Iglesia. Según ha confirmado la Santa Sede, el Papa ha aceptado la propuesta de la Comisión para la tutela de los menores de introducir el delito canónico de ‘abuso de oficio episcopal’, que se refiere al comportamiento de los obispos que hayan ignorado o no hayan dado un seguimiento adecuado a las denuncias de abusos sexuales por parte de religiosos.
A partir de ahora, serán juzgados por una sección paralela y específica pero que dependerá de la Congregación de la Doctrina de la fe, el departamento que se encarga de estimar los delitos de pedofilia. Así, este nuevo tribunal adjunto reforzará las instituciones encargadas de luchar contra los abusos sexuales y la pedofilia dentro de la Iglesia.
“La reforma no nace de la nada”, ha explicado el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. “Existen ya las bases en el Código de Derecho Canónico. Lo que definimos ahora es el procedimiento para afrontar estos casos”. La reforma judicial aprobada hoy por Bergoglio parte del informe presentado por la Comisión para la tutela de los menores, presidida por el cardenal Sean Patrick O’Malley, y formada por varias víctimas.