El país heleno ha reaccionado ante el ultimátum de la semana pasada con una nueva alternativa, según ha asegurado el Ejecutivo griego. Dicha propuesta incluye tres tramos de IVA (7%, 12% Y 23%, frente a los dos que propone Europa) y un superávit fiscal del 1% del PIB este año. Grecia rechaza aprobar un nuevo recorte que afecte a las pensiones, aunque por otra parte no descarta endurecer las prejubilaciones.
Atenas retrasó la semana pasada sus tres pagos al FMI fijados para este mes, que ascienden a 1.600 millones de euros, en un final previsto para el 30 de junio. De esta manera, Tsipras gana algo de tiempo. Los acreedores y Grecia comparten posturas con respecto al IVA y a la reforma laboral, de modo que los socios quedan satisfechos con que no se eliminen las reformas anteriores, pero aún hay cabos sueltos en pensiones y en recortes que debería aplicar el Gobierno griego.
Cada vez hay menos tiempo y Europa se altera al respecto. Michel Sapin, ministro de Finanzas francés, insinuó el pasado lunes que no sería “tan desastroso” que Grecia saliera del euro. Mañana se reunirán Tsipras, Merkel y François Hollande, presidente francés.
El FMI y los socios europeos aspiran llegar a un acuerdo con Grecia para una nueva ampliación del programa, según informa The Wall Street Journal, y que parte de los 10.900 millones de euros disponibles para recapitalizar el banco se destine a otros fines.