El Senado ha decidido iniciar el debate sobre la reforma del espionaje electrónico en Estados Unidos. Esta nueva ley, que se vota hoy 1 de junio, podría limitar los poderes de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) respecto a la recaudación de datos. La expiración de la norma actual mantiene a las autoridades sin amparo legal para el almacenaje de datos. La suspensión temporal se ha establecido a las 6 de la mañana –hora peninsular, medianoche en Washington.
La recolección masiva de datos se realizaba sobre comunicaciones telefónicas entre ciudadanos norteamericanos, residentes en el país, y personas en el extranjero. La paralización también afecta a una gran parte de la política antiterrorista de Estados Unidos. Aún así, el FBI tendrá posibilidad de obtener órdenes judiciales para ‘pinchar’ las telecomunicaciones de sospechosos.
Desde el punto de vista técnico, se trata del reemplazo de la Sección 215 de la Ley Patriótica de 2001 por la Ley de Libertad. Dicho decreto establece que son las empresas de telecomunicaciones de EEUU las que almacenarán los ‘metadatos’, es decir, números de teléfonos y duración de las llamadas. Las empresas transferirán la información a la NSA, cuando esta lo solicite a través de la Justicia. De este modo, la NSA solo podrá reunir datos de personas concretas y no de millones de usuarios.
Desde el punto de vista político, la reforma supone la victoria del senador Rand Paul, candidato a la presidencia de EEUU, que ha presionado a favor del cambio. También significa el triunfo de Edward Snowden, un ex espía que hace dos años difundió las actividades de la NSA.