La capital de la provincia de Al Anbar, Ramadi, de mayoría suní, fue ocupada ayer por el EIIL, por lo que el Gobierno del país ha autorizado el envío de milicias chiíes. “Estábamos esperando la orden para marchar hacia Ramadi”, informa un portavoz de la milicia chií.
La batalla que se ha librado en Ramadi ha sido un golpe muy abrumador para la coalición liderada por EEUU contra el EIIL. Fuentes del Gobierno de Al Anbar estiman que cerca de 500 personas han muerto durante los combates en la capital regional y entre 6.000 y 8.000 han huido. El EIIL ha comunicado a través de sus foros que ha matado a “docenas de apóstatas”, refiriéndose a los soldados del Ejército de Irak.
Ramadi era una de las escasas ciudades de Al Anbar que continuaba bajo el control del Gobierno iraquí. Athal Fahdawi, miembro del Consejo de la provincia de Al Anbar, describe la situación como “colapso total”. No obstante, EEUU confía en que las fuerzas iraquíes vuelvan a controlar Ramadi. “Estoy convencido de que en los próximos días la situación cambiará”, ha indicado John Kerry, secretario de Estado de EEUU, en un viaje a Corea del Sur.
A parte de Kerry, también Elissa Smith, la portavoz del Pentágono, ha intentado ser positiva. “Ramadi ha sido centro de las batallas desde el pasado verano y ahora el Estado Islámico tiene la ventaja, lo que no significa que los yihadistas estén venciendo, sino que la coalición debe seguir apoyando al Ejército iraquí”, declara Smith.
Por otra parte, el Ejército sirio ha recuperado gran parte de la ciudad histórica de Palmira, la cual invadieron las milicias del EIIL el pasado sábado, situada a 240 kilómetros al sureste de Damasco. El EIIL asesinó a decenas de civiles, pero el Ejército sirio logró el pasado domingo hacer retroceder al EIIL de la mayoría de zonas del norte, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.