Con motivo del 66 aniversario del Nakba –Desastre Palestino-, la facultad de Ciencias de la Información ha organizado una conferencia para analizar la situación actual del conflicto entre Israel y Palestina, con la colaboración del vice primer ministro y ministro de Cultura de Palestina, Ziad Abu Amr. En ella, ha querido expresar sobre todo dos ideas: La disposición de Palestina por compartir lo que llaman la “palestina histórica” con Israel para que haya paz, y la ayuda internacional que necesita este país para solucionar el conflicto.
Ziad Abu Amr ha llegado a la Facultad con un enorme despliegue de seguridad, unos seis guardaespaldas y hasta cuatro coches con matricula del cuerpo diplomático. Junto al vice primer ministro, el cual no hablaba castellano y ha contado con un traductor simultáneo, ha intervenido el profesor de la Universidad Complutense Nayib Abu-Warda.
Ziad Abu Amr ha explicado cómo en 1948 Israel ocupó el 78% del terreno palestino, y que a partir del 87 pretendió ocupar el resto. Los palestinos fueron expulsados de sus casas y tuvieron que vivir en situaciones denigrantes en el poco espacio de tierra que les quedaba, Gaza y Cisjordania. A pesar de que haya prácticamente el mismo número de palestinos en el mundo que de judíos, Palestina en 1982 aceptó la división del Estado y que su parte fuese el 22%, es decir, lo ocupado hasta 1987, pero el Estado de Israel se negó a llegar a un acuerdo con ellos y continua con sus políticas de ocupación.
El tono del vice primer ministro ha sido conciliador durante toda la exposición, asegura que él y su pueblo están dispuestos siempre al diálogo y a que no haya ninguna respuesta violenta. Aceptan tanto repartir Palestina en dos estados soberanos como compartir un estado único. Se muestra muy pesimista respecto al futuro de su lucha, sobre todo tras la victoria de Benjamín Netanyahu, al que tacha de ultraderechista, afirmando que él y su partido son uno de los mayores obstáculos para el dialogo.
Sobre Israel, Ziad ha asegurado que “funciona como una potencia colonial de ocupación” y que fomenta el odio y el radicalismo. A pesar de esto, Ziad ha querido dejar claro que este no es un conflicto ni religioso ni de etnias, simplemente político, y que así tiene que seguir siendo. No obstante, también asegura que, aunque ellos están en contra de la violencia, no pueden controlar que exista, ya que “cuando humillas a un pueblo, todos los días este reacciona con odio”.
Ha querido insistir en que la ayuda política internacional es totalmente necesaria para que el conflicto se solucione, pues necesitan que alguna gran potencia presione al estado de Israel, o bien Estados Unidos o bien Europa. El vicepresidente ha confesado que ha perdido la fe en que los norteamericanos medien en el conflicto, ya que siempre se han posicionado a favor de los israelitas. Sin embargo, se siente optimista respecto a Europa, donde piensa que la mayoría de los ciudadanos están a favor del Estado palestino. Paz, dialogo y ayuda internacional son las grandes claves, según el vice primer ministro de Palestina, para solucionar un conflicto que “ya ha durado demasiado”.