Likud obtuvo en los comicios israelíes 30 escaños el pasado mes de marzo. En caso de que no llegue a 61 diputados en la Knesset (Parlamento) no obtendrá la mayoría absoluta. Por lo que si no forma coalición de Gobierno con ninguna formación política, el presidente del Gobierno ordenará la formación de Gabinete a Herzog.
Netanyahu tiene la posibilidad de gobernar por cuarta vez pero para ello, ha de llegar a un acuerdo con un partido ‘ultraortodoxo’ y a otro con las de sus propios socios nacionalistas y de extrema derecha.
Los primeros pactos políticos se tomaron el miércoles pasado. El Ejecutivo, lo retomará Moshe Kahlon, que ya fue ministro de Comunicaciones en el anterior mandato de Netanyahu. Como primera medida ha prometido que impondrá una tasa disuasoria a quienes adquieran viviendas de forma especulativa.
Las negociaciones continúan abiertas con los otros partidos. “Sus exigencias son alucinantes y propias de extorsionistas”, declaraba un alto cargo de Likud al periódico Haartz. El ultraortodoxo Shas y los nacionalistas de Hogar Judío están dispuestos a llegar a un acuerdo concreto a falta de los últimos ajustes sobre los repartos de las carteras de Educación y Asuntos Religiosos. Si finalmente estas dos fuerzas apoyan a Netanyahu, sumaría los 61 diputados que le conceden la mayoría absoluta.