La LOMCE ya ha hecho acto de presencia. A partir del curso 2017/2018, las preguntas del futuro cuestionario, actualmente conocido como Selectividad, cambiaran de formato y se instaurará un examen tipo test de 350 preguntas como máximo, que los alumnos que deseen conseguir el título deberán aprobar. No obstante, la asignatura de Religión queda fuera.
Este borrador del real decreto sobre las nuevas características de la evaluación final de Primaria, ESO y Bachillerato, tendrán como novedad la igualdad del examen en todas las Comunidades Autónomas.
El futuro examen estará dividido en tres bloques. La primera parte constará de 200 preguntas sobre las materias troncales y el resto serán sobre materias optativas -100 preguntas- y específicas -50 preguntas- que serán elegidas por el alumno. Por tanto, esta reforma educativa prevé la eliminación total de la Selectividad, aunque muchos de los cambios incluidos en la LOMCE tienen un calendario de aplicación posterior al final de esta legislatura. Es decir, cuando se aprobó dicha reforma, gracias a la mayoría parlamentaria del PP, casi todos los partidos – a excepción de UPN y UPyD- firmaron un acuerdo para derogarla. Ante este acuerdo, Podemos ha señalado públicamente su intención de eliminarla, y Ciudadanos considera también que “no es la ley de educación que necesita nuestro país”.
Además, en 4º de la ESO, igual que en 2º de bachillerato, será necesario aprobar para obtener el título y seguir estudiando. Por tanto, en ambos casos, la redacción y control de la prueba corresponde al ministerio. Es decir, las pruebas externas podrán ser aplicadas y calificadas por profesorado que no pertenezca a la función pública. Ahora la Selectividad la corrigen funcionarios.