La participación en las negociaciones nucleares de Ali Akbar Salehi, jefe de la Energía Atómica de Irán, y de Ernest Moniz, secretario norteamericano de Energía, llevadas a cabo entre ayer y hoy en Ginebra; ha levantado expectativas acerca de la cercanía del acuerdo. Aun así no se han dado avances específicos. “Los segundos han tenido buenos debates, pero no se ha alcanzado ningún debate concreto”, declaró Zarif ayer al llegar a Ginebra.
Lo que se pretende con estas negociaciones es que las grandes potencias (EEUU, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán lleguen a un acuerdo que permita a este último desarrollar un programa nuclear civil, pero no dotarse de armas nucleares, que es lo que el resto de países sospechan. A cambio de ello, las sanciones económicas y financieras a Irán finalizarán, ya que dejaría de suponer un desafío para las potencias.
Uno de los puntos en disputa es el acercamiento de posturas acerca del enriquecimiento de uranio que Irán podrá mantener. Este proceso, que sirve para crear combustible para una central nuclear y como material para un arma atómica, es el centro del debate. EEUU ha presentado a Irán varias posibilidades para alcanzar una justa capacidad de enriquecimiento. El país de Obama espera que Teherán acepte una de sus propuestas. Por su parte, Irán insiste en el ritmo de levantamiento de sanciones. EEUU quiere que esa suspensión de sanciones sea a plazos, mientras que Irán aspira a que dichas sanciones se levanten más rápido.
El pasado noviembre se fijó un calendario para lograr un acuerdo político antes del 31 de marzo de este año y zanjar los detalles técnicos el 1 de julio. “No habrá ningún otro acuerdo antes de que se alcance uno completo”, ha declarado Zarif aludiendo al deseo del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que tiene la última palabra en asuntos de seguridad nacional y política exterior.
Por otra parte, EEUU tampoco está interesado en alargar el proceso que se inició en noviembre de 2013 y que se ha ampliado en dos ocasiones. “El presidente Obama no tiene intención de extender estas negociaciones más allá de la fecha fijada”, ha informado Kerry, seguro de que el mandatario paralizaría las negociaciones si Teherán no está preparado para un acuerdo.
Además, Irán cuenta con el problema de los conservadores de su país, que temen que sus enemigos políticos se beneficien del posible auge económico y la apertura social que traería el acuerdo. Con numerosas reuniones se han acelerado las conversaciones técnicas entre los equipos de Irán y EEUU. Zarif y Kerry se han encontrado en diferentes capitales europeas para promover los aspectos políticos, a la espera de un acuerdo definitivo.