Los máximos representantes de Cuba y EEUU han dado a conocer un principio de normalización en la relación entre las dos naciones. Los medios de comunicación de ambos países, que presentan un enfrentamiento desde el bloqueo comercial, económico y financiero que instauró EEUU sobre Cuba en 1961, retransmitieron los discursos de sus presidentes de una manera sincronizada en el tiempo. Las apariciones se realizaron tras la llegada de los presos políticos a sus respectivos países. Ambos dirigentes tuvieron palabras de agradecimiento hacía los actuales mediadores del conflicto, el Papa Francisco y el país de Canadá.
Raúl Castro, presidente de Cuba, afirmó que mantuvo una conversación con su homogéneo de EEUU, en la que “se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones”, en palabras del propio Castro. En el discurso, el presidente también recalcó que “lo principal no se ha resuelto aún” e instó a Obama a que se finalice el bloqueo que “provoca enormes daños humanos y económicos” y que” aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el Presidente de los EEUU puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”. Por último, el líder comunista admitió que persisten profundas diferencias entre los dos países sobre todo en “soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior”.
Barack Obama, por su parte, calificó como “histórico” el cambio en las relaciones con el archipiélago cubano y se hizo responsable del bloqueo realizado a este país. “Las décadas de aislamiento de Cuba por parte de los EEUU no han conseguido el perdurable objetivo de promover el surgimiento de una Cuba estable, próspera y democrática” afirmó el presidente. Obama anunció que estas medidas pretenden “trazar un nuevo rumbo en nuestras relaciones con Cuba” y que servirán para “confraternizar y empoderar al pueblo cubano”. El líder americano afirmó haber aprendido por propia experiencia que es mejor fomentar y respaldar las reformas que imponer políticas que convierten a los países en Estados fallidos e hizo un llamamiento al país a “que desencadene el potencial de 11 millones de cubanos poniendo punto final a las innecesarias restricciones impuestas en sus actividades políticas, sociales y económicas” afirma Obama.
Castro y Obama agradecieron públicamente la mediación del Papa argentino y del Gobierno canadiense en la firma del acuerdo. Sobre el Vaticano, el presidente cubano agradeció su apoyo "en el mejoramiento de las relaciones entre Cuba y EEUU” y sobre el Gobierno de Canadá por haber facilitado “el diálogo de alto nivel entre los dos países”. Bárack Obama por su parte, resaltó la implicación personal de Francisco en el proceso de negociaciones entre Cuba y Estados Unidos. Desde el Vaticano afirmaron que el pontífice “se complace vivamente” por el anuncio de este principio de acuerdo “con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia”. El pontífice llegó a escribir a ambos mandatarios en los últimos meses “invitándoles a resolver cuestiones humanitarias de común interés” y en octubre el Vaticano acogió a las delegaciones de los dos países para apoyar el proceso.
La parte contraria a este acuerdo no tardaron en salir en ambos países. En EEUU, las organizaciones del exilio cubano en Miami, calificaron como “grave error” el canje de los espías. Desde la organización Plantados y el Directorio Democrático, calificaron la encarcelación de los espías cubanos como un tremendo error de la política internacional estadounidense.