El posible contagio de ébola, producido cuando la doctora de MSF se pinchó accidentalmente con una aguja utilizada en un caso positivo del virus en Bamako, capital maliense; ya está en manos de profesionales. Tras su llegada a la base madrileña de Torrejón, la repatriada ha ingresado a las 11:00 de la mañana en el Hospital Carlos III de Madrid, donde permanecerá en aislamiento de forma preventiva.
Aunque la paciente no presenta síntomas de enfermedad ni posibilidades de contagio externo durante las primeras 48 horas, tendrá que permanecer 21 días en observación para comprobar si está infectada.
La decisión de trasladar a la cooperante de MSF a España se debe a las experiencias contraídas por los especialistas españoles tras los casos de Miguel Pajares y Teresa Romero, pues se contempló en un principio su traslado a Bruselas, emplazamiento de la sede de la organización.
El Gobierno ha activado un protocolo de aislamiento similar al desarrollado con Teresa Romero. Sin embargo, el portavoz del Comité Científico ha declarado que no habrá “grandes medidas de seguridad”, debido a la imposibilidad de contagio inmediato, y que los médicos del Carlos III “valorarán” si la paciente se expondrá a un tratamiento preventivo durante la cuarentena.
La organización de Médicos Sin Fronteras ha reiterado la necesidad de respetar el deseo de la cooperante de mantener su identidad en riguroso anonimato.