La fábrica de Campofrío ardía en la mañana del domingo. Durante horas, el control de los gases emitidos por el fuego ha sido exhaustivo. La medición medioambiental realizada indicó la ausencia de tóxicos en la atmósfera. No obstante, se recomienda a los vecinos mantener los hogares cerrados lo más herméticamente posible. Javier Lacalle, alcalde de la ciudad, afirma que no tiene constancia de que la causa del incendio haya sido un cortocircuito, como se presupone. Serán las autoridades competentes quienes lo determinen.
La empresa, líder en la fabricación de embutidos curados, era la fuente económica de un millar de familias. Si se tienen en cuenta los trabajadores indirectos, la cifra asciende a 2500 personas. De momento, los empleados de Campofrío están en situación de licencia retribuida, es decir, continúan con su salario habitual a pesar de no poder cumplir con su jornada laboral.
El director general de la compañía, Pedro Ballvé, ha mostrado su intención de reconstruir las instalaciones. Estos planes se han trasladado al Ayuntamiento de Burgos. La empresa abriría en 2016 y emplearía a todos los trabajadores que han quedado desempleados por el siniestro.
El Plan de Emergencia Municipal ya ha sido desactivado, aunque las labores de extinción y las pruebas medioambientales se mantendrán durante, al menos, dos días más.