Los inesperados resultados de las votaciones al Parlamento Europeo tanto en el plano nacional como en el resto de países han eclipsado la tasa de abstención en las elecciones al Parlamento Europeo. Esta ha sido relativamente elevada (un 43,1%), pero no ha tomado el protagonismo que indicaban los sondeos.
Los españoles, de los que han acudido a votar el 45,86%, han otorgado un poder considerablemente menor al PP y al PSOE, partidos que han gobernado el país ininterrumpidamente desde prácticamente los inicios de la democracia. El PP, con un total de 4.074.363 votos, ha obtenido 16 escaños, ocho menos que en las pasadas elecciones de 2009. La bajada del PSOE también ha sido grande. Con 3.596.324 votos, obtiene 14 escaños, que suponen una bajada de nueve escaños con respecto a los comicios anteriores. Ello significa que apenas 30 de los 54 eurodiputados españoles pertenecerán a uno de estos dos grandes partidos, cuando en 2009 ocupaban 47 puestos entre los dos.
Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, no ha tardado en pronunciarse este lunes acerca de los resultados, anunciando su inminente retirada como número uno del partido. “Yo hace tiempo decidí no presentarme a las primarias”, explicó. Por su parte, Miguel Arias Cañete, candidato popular a las europeas, ha expresado este mismo lunes que “el electorado les ha dado un serio aviso”, refiriéndose asimismo al fuerte descenso en sus votos.
Sin duda, el gran auge en España lo han tenido los partidos minoritarios, que en su conjunto han desbancado la mayoría absoluta que antaño constituía el bipartidismo (del 80% entre PP y PSOE en 2009 al 49% en 2014). La Izquierda Plural, que engloba a Izquierda Unida, ha conseguido seis escaños, seguida de cerca por Podemos, partido de reciente creación que, habiendo obtenido cinco eurodiputados, ha sido la gran sorpresa de estas elecciones. Otros partidos que han conseguido representación europea son UPyD (con cuatro escaños) La Coalición Por Europa (que se mantiene en tres escaños), Ciudadanos (con dos escaños), y EQUO-Primavera Europea y Los Pueblos Deciden, ambos grupos con un representante cada uno. En Cataluña, ERC (con un 23,67% de los votos) han superado a CiU por primera vez en la historia, triplicando su resultado desde 2009.
En el resto de Europa, el Partido Popular Europeo ha obtenido la mayoría (212 escaños), pero por un estrecho margen con la segunda fuerza política (187 escaños). Por otra parte, mientras los pro europeos conservan una amplia hegemonía, han sido unas elecciones destacadas por el avance de fuerzas anti europeístas, radicales y populistas, posiblemente provocado por el descontento y la desconfianza política general de la población ante la fuerte crisis que atraviesa Europa. La extrema derecha ha obtenido mayoría en Francia con el Frente Nacional de Marine Le Pen (26% de los votos), así como en Dinamarca con el xenófobo y anti europeísta Partido Popular. Grecia también sigue esta línea ideológica con el partido neonazi Amanecer Dorado, que ha obtenido alrededor de un 10% de los votos, colocándose en tercera posición frente al triunfo de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza). En Gran Bretaña también ha subido al poder un partido contrario a la Unión Europea, los populistas UKIP, quienes han provocado que, por primera en la historia, ni laboristas ni conservadores ganen unas elecciones nacionales. Su líder, Nigel Farage, ha afirmado que, a pesar de siempre haber existido escepticismo en Europa, este se ha acrecentado debido a “errores masivos” como la imposición del euro, la libre circulación de ciudadanos y la ampliación de la UE a países de Europa del Este.
Los resultados de estas votaciones son un claro síntoma de que Europa espera grandes cambios en el rumbo político, que se pondrán de manifiesto en cada uno de sus estados miembros. Concretamente en España, estas votaciones, en las que se ha dado un duro golpe al bipartidismo y ha habido un inesperado auge de partidos minoritarios, dejan el debate abierto para las próximas elecciones generales de 2015.