Un nuevo periodo de tensión se ha abierto en la capital de Ucrania a causa del asalto policial en la plaza de la Independencia de Kiev. Dos meses han pasado desde que el primer ministro ucraniano, Victor Yanukovich, negara un acuerdo comercial con la Unión Europea, aunque a pesar de ello no se ha tomado una solución aparente en el conflicto. Las protestas han seguido en el Euromaidán aunque el asalto que ayer efectuó la policía contra los manifestantes ha supuesto un punto de inflexión en la situación de malestar en la capital.
Tres manifestantes han fallecido por heridas de bala, según han informado medios locales de la ciudad, tras el asalto de la policía en la pasada noche. Sin embargo el portavoz del Ministerio de Interior, Serguei Burlakov, ha declarado que no se puede responsabilizar a la Policía por la muerte de los tres manifestantes ya que no se han usado armas de fuego. A causa de la gravedad que han tomado los disturbios en la ciudad, el primer ministro Yanukovich ha aceptado reunirse con los líderes opositores.
El asalto a la plaza se ha efectuado esta pasada noche y los agentes han comenzado a retirar las barricadas, aunque finalmente han dado marcha atrás ante la lluvia de cócteles Molotov que los manifestantes comenzaron a arrojarles. En estos momentos la policía ha comenzado a lanzarles botes de gas lacrimógeno para retener a los manifestantes más radicales.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, criticó ayer a Occidente por “estimular” las protestas que están produciéndose en la ciudad de Kiev. Además añadió que esos estímulos “tratan de provocar la violencia”, que ha vuelto a aparecer en la Plaza de la Independencia de la ciudad.