“Echa por aquí más musgo”, indica Antonio a su compañero José mientras montan un gran belén. Aún no es de noche, pero no tienen inconveniente en encender el circuito eléctrico para mostrar iluminadas cada una de las casitas de cerámica que el propio Antonio ha elaborado durante casi una década. Agacha la cabeza algo tímido cuando se alaba su trabajo, y lo mira con un enorme orgullo. En el suelo, reposan las figuras de la Virgen, el Niño, los Reyes Magos y el resto de protagonistas del Belén. Hasta aquí, parece una escena usual de la Navidad pero lo que le caracteriza es su ubicación: una prisión.
Con las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, algunos países del continente asiático no se encuentran en su mejor momento para celebrar unas fechas tan señaladas. El desastre natural de Filipinas, el conflicto de Siria y la situación de riesgo que viven muchos de sus niños son los principales temas de actualidad con los que Asia se despide de este 2013.
La Navidad en África se aleja de todo lo que conocemos en el resto de los países desarrollados. Mientras que en Estados Unidos o Europa lanzan fuertes campañas comerciales que incitan al consumidor a comprar regalos ostentosos, en el continente africano celebran, simplemente, la natividad del Señor.
La Navidad es una época de paz y amor. Es una oportunidad para que las familias se reúnan y disfruten del calor del hogar. En España es tradicional comer turrón y polvorones, así como celebrar la noche de Reyes, contemplar la clásica cabalgata y comer roscón, deseando no encontrar el haba.
Las luces, los colores y los sabores se idealizan cuando llega la Navidad. También lo hacen los corazones, que dejan entrever un sentimiento común de unión y humanidad en cada rincón escondido del mundo. América en su totalidad, de norte a sur, coincide con el resto de continentes en la ilusión invertida en este periodo.