Cuatro refugiados fueron rescatados ayer por unidades de la policía danesa en el Estrecho de Øresund (Dinamarca). Dos de ellos están recibiendo tratamiento médico hoy.
La Policía de Copenhague ha informado que un vecino de Saltholm, un islote situado entre Dinamarca y Suecia, dio la alarma al avisar de que había cuatro personas con problemas en el mar situado en Øresund entre la isla de Saltholm y la de Peberholm. Estas personas estaban intentando llegar a Suecia saltándose los controles fronterizos en busca de asilo.
“Cuatro personas estaban nadando en el agua. Tres de ellos llegaron por si solos a Salthom y el cuarto fue traído en helicóptero” afirmóel inspector de policía Henrik Møller Jakobsen para la agencia danesa Ritzau. Aunque la policía aún no ha desvelado mucha información ni la nacionalidad de los rescatados, ha comunicado a la agencia de noticias Ritzau que va a empezar la investigación para saber qué ha ocurrido, comenzando por examinar la autenticidad de sus documentos y descubrir cómo llegaron hasta allí.
“Viajar es vivir”, solía mencionar Hans Christian Andersen, el escritor danés que escribió cuentos tan reconocidos como La sirenita , El soldadito de plomo o El patito feo. Las compañías de vuelos low cost y los albergues juveniles a precios asequibles para el bolsillo del viajero, hacen que traspasar nuevas fronteras sea más fácil que nunca.
Copenhague tiene muchos lugares con encanto pero desde 2014 el Papirøen y sus radiantes luces en la oscura noche de Dinamarca se han convertido sin duda en uno de los mejores. Y es que si uno quiere descubrir cómo es una auténtica atmósfera danesa, hay que visitar este lugar.
“Usted está entrando en la Unión Europea”, no es el eslogan de una alfombra de Ikea, es lo que está escrito a la salida de Christiania, la pintoresca ciudad libre con autogobierno que se encuentra en la capital de Dinamarca.
La vida erasmus puede ser complicada, pero más difícil resulta alojarse en una residencia en obras. Prueba de ello son los estudiantes que viven este semestre en CPH Studio Hotel, en Copenhague, y lidian a diario con el ruido de los martillazos a las nueve de la mañana y los obreros entrando y saliendo de sus habitaciones.