Firme candidata al premio de este año por haber estado nominada en otras ocasiones, el comité Nobel del Parlamento noruego anunció el nombre ganador el pasado 12 de octubre, destacando de la Unión Europea, “sus más de seis décadas de contribución al avance de la paz y de la reconciliación”, recalcando, además, la expansión de “la democracia y los Derechos Humanos en Europa”.
Los principales líderes políticos europeos, no tardaron en expresar su satisfacción ante tal reconocimiento. Jose Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, declaró que se trataba de un “gran honor para sus más de 500 millones de ciudadanos”. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy se sentía orgulloso de que los esfuerzos de la UE para mantener la paz en Europa hubieran sido recompensados, afirmando que la Unión Europea se trataba del mayor constructor de la paz en la historia.
El proyecto europeo, que nació con la creación en 1951 de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, tenía como objetivo crear una Europa unida tras la Segunda Guerra Mundial. Con el paso del tiempo, se convirtió en la Comunidad Económica Europea, hasta llegar a ser la Unión Europea que conocemos hoy. Durante estos años, los 27 países que lograron su adhesión a la UE, se han esforzado por coordinar diferentes políticas, y estabilizar un continente que se encontraba en conflicto permanente. Eso es, lo que ha querido el comité que otorga el galardón justificar para comprender la concesión de dicho premio, explicando que durante un periodo de 70 años, Alemania y Francia combatieron en tres guerras; pero que hoy un conflicto entre ambos es impensable. Una forma de demostrar, según el Comité Nobel, que “por medio de esfuerzos bienintencionados y construyendo una relación de confianza mutua, los históricos enemigos se han convertido en estrechos aliados”, tal y como ha reflejado en un comunicado.
Sin embargo pese a la satisfacción que un Premio Nobel supone, el galardón llega en un momento en el que, azotada por la crisis global, la UE cuenta con serios problemas económicos y financieros, además de que varios de sus miembros se encuentran en recesión. Esta crisis en la zona euro pone en cuestión la solidaridad entre sus estados, que más que dar soluciones comunitarias, buscan proteger sus propios intereses; así como las diferencias entre las economías de los países del norte de Europa y del sur, que son cada vez mayores.
Sobre el dinero del premio, alrededor de 922.000 euros, fuentes europeas afirman que la UE lo destinará a fines humanitarios, aunque aún no se han tomado decisiones al respecto. Tampoco se ha acordado quién irá en representación de la UE a recoger el premio. La entrega de los Premios Nobel, que tendrá lugar el próximo día 10 de diciembre, se celebrará, como ya es tradición, en dos ceremonias paralelas, una en Oslo para el Nobel de la Paz y los galardones restantes, en otra ceremonia en Estocolmo.