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Lunes, 04 Julio 2016 21:09

El día que la extrema derecha mostró su rostro en Suecia

Escrito por 
El día que la extrema derecha mostró su rostro en Suecia Tess Asplund enfrentándose a un grupo de neonazis / F. David Lagerlöf

La activista sueca Tess Asplund se enfrentó el mes pasado a un grupo considerado como neonazi en las calles de Börlange, en Suecia. Episodios como este, o el ascenso del partido Demócratas de Suecia, ponen de manifiesto la presencia de la extrema derecha en el país nórdico.

Según el periodista español Ignacio Ramonet, la xenofobia es un problema que está creciendo en los países del norte de Europa. “Se manifiestan más abiertamente, ya que numerosos Gobiernos de centroderecha reciben actualmente el apoyo de partidos xenófobos y nacionalistas”, explica en un artículo para Le Monde Diplomatique.

Es el caso de países como Austria, Suecia o Dinamarca (en el sur destacaría Italia), donde las coaliciones o los partidos minoritarios han podido sostenerse por alianzas con la extrema derecha. Un ejemplo, Dinamarca, donde la crisis de las caricaturas de Mahoma sucedió en un contexto en el que el primer ministro liberal, Anders Fogh Ramussen, estaba aliado con el Partido Popular Danés.

El problema de la inmigración

El principal problema de los países nórdicos respecto a la inmigración suele descansar sobre el futuro de su Estado del Bienestar. Las altas cifras de población de otros países que se dirige a Suecia para mejorar su estilo de vida hacen que surja un ‘resentimiento’ hacia la inmigración, lo que autores como Andersen o Bjørklund señalan como chauvinismo del bienestar.

“En Suecia, este dispositivo especial se ha unido en torno a una fuerza política emergente: los Demócratas de Suecia”, explica Cristian Norocel, profesor del Departamento de Estudios Políticos y Económicos de la Universidad de Hellsinki en la revista Critical Social Policy.

El partido Demócratas de Suecia (SD), presenta políticas muy estrictas con respecto a la inmigración, un asunto que según Niklas Bolin, profesor de ciencia política en la Universidad de Sundsvall y autor de múltiples estudios acerca del partido, resalta como el principal asunto en el que insiste la formación política.

La consolidación de Sverigedemokraterna como la tercera fuerza política en Suecia, se debe, según Bolin, a puntos de vista de la nación sueca que culpabilizan a la inmigración por la complicada situación del mercado laboral, o por el aumento de las tasas de criminalidad. El descontento con el resto de partidos supone, según el investigador, otra de las razones por las que puede explicarse el ascenso del grupo. “Una élite corrupta” o “una población que no es escuchada” son dos elementos presentes en su retórica.

Robin Skoglund, estudiante de ciencia política en la universidad de Sundsvall, no duda en subrayar una de las palabras que no dejan de ser mencionadas al estudiar el caso del ascenso de la formación: la inmigración. “Los suecos parecen cansados de que esto sea una especie de tema tabú, y Sverigedemokraterna habla de la misma con más frecuencia y soltura que el resto de partidos”, explica el estudiante.

No aparentaba estar en desacuerdo el líder del grupo, Jimmie Åkesson, cuando declaraba en el diario sueco Aftonbladet en el pasado mes de abril, que todo indica que “las políticas de inmigración y de integración de refugiados” iban a seguir estando “muy presentes” en la actualidad política del país y en la agenda del partido. Actualidad política que, en los últimos meses, refleja la aparición de la extrema derecha en la zona norte de Europa.

SD tuvo, en sus inicios, una fuerte conexión con grupos afines al fascismo. Desde 1999, tres años después de la prohibición de uniformes en la militancia, dejó de asociarse directamente con el nazismo. Asuntos controvertidos como la pena de muerte o la total prohibición del aborto también han salido del programa del partido. “Otro cambio notable hecho para encajar en la corriente principal de Suecia es el cambio del símbolo de una antorcha ardiendo a una hepática (flor)”, destaca el autor Janson Anton, del Departmento de Literatura, Historia de las ideas y religión de la Universidad de Goteburgo.

De cerca: un encuadre de la violencia

Sin embargo, el autor también apunta a que en Suecia el tema de la inmigración está en un grado relativamente bajo de politización. La falta de un partido anti inmigración exitoso da lugar a reivindicaciones espontáneas por parte de grupos neonazis. Es el caso del Movimiento de Resistencia Nórdico, establecido en ciudades como Emmaboda, Nybro, con gran actividad en Kalmar y con la ambición de erigirse en Öland.

Según recogen en su sitio web, durante las manifestaciones del pasado 21 de mayo en Nybro y Kalmar recibieron, en especial, el apoyo de seguidores del SD decepcionados que “ahora se comprometen a cambiar el partido”.

A principios de ese mes, Tess Asplund protagonizó una de las imágenes más emblemáticas del panorama político sueco, al enfrentarse a un grupo de manifestantes de extrema derecha en Börlange.

La escena fue captada por David Lagerlöf a través de una fotografía que ha dado la vuelta al globo. “Ha tenido impacto porque la gente en todo el mundo está preocupada por el ascenso de los grupos extremistas”, afirma Lagerlöf a Infoactualidad, quien recalca que Tess Asplund “mandó un mensaje de esperanza” no solo a la sociedad sueca, sino a la de otros países, al enfrentarse al grupo neonazi. “Los neonazis se encontraban gritando ‘refugiados fuera’, y Tess se puso frente a ellos levantando el puño”, recuerda el fotógrafo allí presente.

“En este caso se trataba de una protesta pacífica por parte del movimiento”, explica Lagerlöf, que afirma haber presenciado, no obstante, situaciones en las que grupos de extrema derecha se enfrentaban a manifestantes anti racistas. Según relata, Asplud fue empujada por uno de los miembros del movimiento y por suerte, un policía pudo ponerla a salvo. Pero la violencia formaba parte del momento y uno de los allí presentes recibió un puñetazo en el rostro.

A su vez, Lagerlöf subraya el hecho de que Tess Asplund se enfrentó a individuos “mucho más altos y fuertes” que ella, aunque prefiere no especular acerca de si su acción ha llevado a la activista a encontrarse en peligro.

No es el primer caso de violencia extremista en Suecia. Conmocionó también al país nórdico el asesinato de un profesor y un alumno en una escuela de Trollhättan. El doble homicidio, acontecido el pasado mes de octubre, se produjo por razones raciales, como posteriormente quedó confirmado en una carta escrita por el propio autor del delito. El autor, a través de las redes sociales, no dudó en reconocer su admiración hacia Adolf Hitler, y su animadversión hacia el Islam.

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