Pasteles de chocolate, tortitas, o los localmente conocidos como kannelbulle (“bollo de canela”), junto con una taza de café, acaparan el protagonismo de una palabra, fika, que se utiliza como verbo y sustantivo. Fiquear, para aquellos de habla hispana que quieran referirse a realizar un descanso o una simple quedada en una cafetería.
La fikapaus, o en otra posible traducción española “pausa para el café" pese a su importancia social, no se limita únicamente a las relaciones humanas, sino además al panorama laboral. Queda recogida por la gran mayoría de empresas suecas, la necesidad de destinar varios periodos de la jornada laboral al descanso para gozar de un fika.
“El tiempo del que disponemos para ello depende de la empresa para la que trabajes”, expresa Stina Widmark, empleada de Espresso House, una de las mayores cadenas de cafeterías del país. “En Espresso House realmente contamos con una pausa para comer más que con una pausa para el café”, aclara la empleada, insistiendo en la idea de que estas pausas dependen de la actividad de la empresa para la que trabajes. Entre risas, explica que “siempre se agradece un buen café, pero preparando café todo el día, me viene mejor una pausa para comer algo”.
El equivalente sueco del té británico
Widmark expone la idea detrás del fika con una sencilla fórmula: “café + pastel + buena compañía”. En ocasiones, los paralelismos pueden resultar difíciles de evitar, y la empleada de Espresso House es consciente de ello al recalcar que puede decirse que el fika es “la versión sueca” del internacionalmente conocido “té británico de las cinco de la tarde”.
En el caso de Suecia, las cinco de la tarde no resulta, probablemente, la hora adecuada para llevar a cabo la tradición. “Quizás las 2 o las 3 de la tarde, o incluso las 7 o las 8 sean buenos momentos para el fika”, afirma la empleada sueca. Sin embargo, sabedora de que la cafeína puede no lidiar muy bien con conciliar el sueño en el horario sueco, Widmark continúa explicando que el fika no tiene por qué implicar siempre un café, aunque sea su seña de identidad. En estos casos, según ella, lo fundamental es pasar un buen momento con las amistades y los familiares y 'desconectar' de la rutina y relajarse.
La pausa para el café es una práctica muy extendida alrededor del mundo, pero no quizás con la misma frecuencia con la que se practica en Suecia, según explica Widmark, hasta el punto de ser una actividad tomada en cuenta por las empresas a la hora de configurar los horarios de los trabajadores.
Una costumbre en expansión
“Realmente, desconozco por qué no se ha extendido de este modo a otros países”, explica la empleada, que continúa subrayando que es un modo perfecto de socializar, descansar o conocer gente.
Pese a tratarse de una costumbre sueca, la tradición no ha encontrado demasiadas dificultades para extenderse a otros países nórdicos, debido al crecimiento de cadenas de cafeterías como lo es Espresso House, cuyo objetivo resulta el proveer a los clientes con “la mejor experiencia posible con el café y los dulces”. Siguiendo la fórmula de Widmark de “café + pastel + buena compañía”, el objetivo de la empresa encaja con la definición de fika.
“No sabía que se trataba de algo puramente sueco”, refleja la empleada, lo que para ella puede significar que el fika se ha expandido en Escandinavia, razón por la que no distinguía los orígenes de la tradición. Una costumbre vehiculada por las cafeterías de origen sueco como la de Widmark, gracias a la que ahora, daneses, noruegos y finlandeses pueden experimentar el significado de la palabra fika.
En esta línea, la empleada sueca no cree que resulte muy complicado adaptarse a dicha costumbre, ya que no supone en absoluto una barrera cultural.
Hoy en día pueden encontrarse ejemplos de esta clase de establecimientos en lugares como Nueva York, ciudad en la que el sueco Lars Åkerlund, junto con su esposa, Lena Khoury, fundaron la cafetería Fika, con el objetivo de extender la idea nórdica a los Estados Unidos.