El Vieux Lyon es el barrio más antiguo de esta ciudad francesa, y se encuentra situado entre la ribera del río Saona y la colina de Fourvière. Su rasgo más distintivo es la gran influencia del medievo y Renacimiento italiano, reflejada en su particular arquitectura y organización de las calles. “Tanto las fachadas como las calles están tan bien conservadas que te llegan a transportar a un Lyon antiguo y medieval”, afirma una estudiante española de erasmus en Lyon, Ángela Granell.
Esta zona es uno de los lugares más visitados de Lyon donde tanto turistas como residentes pueden dejarse perder a lo largo de sus tres barrios principales, que atraviesan la zona de norte a sur. El barrio de Saint-Jean es el más famoso de todos y allí se pueden encontrar alguno de los sitios más populares de Lyon, como es la catedral de Saint-Jean o los llamados traboules.
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Casa tradicional del Vieux Lyon / Foto: Mª Victoria Linares-Rivas Rodríguez |
Pasadizos entre viviendas
Una de sus peculiaridades más atrayentes son sus traboules, los cuales son unos pasajes a través de las viviendas que conectan una calle con otra. Así, según la joven estudiante española, estos pasajes “permiten desplazarte por este barrio de una manera muy singular”. La construcción de estos túneles se remonta a los últimos años de presencia romana en Francia y los más antiguos se hallan en el casco histórico de la ciudad.
Durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, estos pasadizos tuvieron un papel clave para el desarrollo y actuación de la Resistencia francesa. Los traboules fueron esenciales en la lucha clandestina, ya que ayudaron a los resistentes a combatir contra la ocupación nazi, según explica el experto en historia de la Resistencia de Lyon, Laurent Douzou.
En la época actual los traboules se han convertido en uno de los símbolos de Lyon y un gran atractivo para aquellos turistas que saben de su existencia. “Lo que más despertó mi curiosidad fueron los pasadizos entre las casas los cuales creo que no hubiese visitado sino no hubiese ido con alguien que ya conocía la ciudad”, explica una turista española, Almudena Carranza.
Una apuesta por lo artesanal
Esta zona de la ciudad es perfecta para disfrutar de las riquezas culinarias que ofrece la capital gastronómica del país. Allí, los turistas pueden degustar algunos de los platos más típicos en un bouchon lionés, o tomar un crepé mientras dan un paseo por el Lyon más antiguo. No solo los restaurantes, sino que también las tiendas apuestan por una oferta más tradicional y hecha a mano tanto en sus productos como en su decoración.
Todo el barrio está sumergido en un mundo tradicional y artesanal que traslada a toda persona a esa época medieval y renacentista. El Vieux Lyon es una auténtica muestra de la historia de la ciudad que deja capaz de generar asombro tanto a los visitantes como a los propios lioneses.