Ya son ochenta. Día a día Portugal mantiene viva la llama de Fernando Pessoa con monumentos como la estatua del escritor en Baixa-Chiado. Ahora, en 2015, tras ocho décadas del fallecimiento del lisboeta, la capital lusa se acuerda más que nunca de un digno representante de su ciudad.
Desde el restaurante que solía frecuentar Pessoa en la Praça do Comercio a la casa reconvertida en museo donde se produjo su nacimiento en la capital lusa, recibieron de manera especial el pasado 30 de noviembre, fecha en la que se cumplían las ocho décadas de del fallecimiento del poeta.
Tal es así que hasta el mundo lúdico y de ocio nocturno ha hecho una excepción en su habitual rutina y ha celebrado de manera especial este acontecimiento. Fue la pasada semana cuando el famoso local Music Box, frecuentado habitualmente por gente joven que se dirige a dicho club a escuchar la más actual música comercial y electrónica, en esta ocasión cambió su dinámica para ofrecer un espectáculo de poesía recitada. Todo es poco para recordar a Pessoa.
La gran mayoría de la población no vivió en tiempos de Fernando Pessoa, pero conoce de corrido su historia. Quizá por ello la gente sabe con certeza lo importante que son estos gestos en una efeméride como esta. “No viví en la época de Pessoa, pero sí le he estudiado. Es importante acordarse de él en este aniversario”, declaró María Silva, una joven estudiante que, como muchos otros portugueses, vivieron con ilusión el último día de noviembre. Porque fue él, junto con José Saramago, el encargado de llenar la ciudad de las siete colinas de poesía y de literatura.
Pocos, por no decir ninguno, son los turistas que no se fotografían junto al café A Brasileira, en pleno centro de Lisboa, junto a la estatua honorífica del escritor. Es uno de los sitios más solicitados de la capital lusa, donde se rinde homenaje no solo a un escritor, sino a la literatura y a la poesía. Francisco Medina, un turista español que está pasando unos días en Lisboa, reconoce que “es ilusionante ver cómo la gente se acuerda de alguien que tuvo que ver con la cultura y sigue siendo un símbolo”.
Pasarán los años y la gente seguirá recordando a uno de sus iconos, Fernando Pessoa. Y es que la literatura, por mucho que sea el tiempo que pase, no muere, sino que se revaloriza, y por ello el escritor y poeta lisboeta seguirá siendo recordado con gran fervor en Portugal.