Entre el público hay pocas caras jóvenes y muchos españoles. No es la primera vez que el Instituto Cervantes de Paris realiza actos como este en los que se puede disfrutar de una película y un coloquio posterior. Sofía, una española que está trabajando en Paris, explica cómo la primera vez que asistió a otra proyección ni siquiera pudo entrar de la gente que había.
Esta joven española supo del pre-estreno de “Arrugas” gracias a internet. “Yo estoy inscrita en las novedades del Instituto Cervantes y también en el grupo de “Espagnolas”, declara. “Espagnolas en Paris” (Españolas en Paris) es un grupo que se define así mismo en su página web como “un grupo de amigos que se amplía año tras año”. Amigos que tienen en común una cosa: el cine. Fue gracias a ellos como Lucía, una estudiante Erasmus de España, supo de la existencia de este largometraje.
Antes de comenzar con la proyección, Paco Roca explica el porqué de esta historia. Una historia que como siempre ha dicho se planteó hacer por sus padres. Vuelve a remarcar este hecho pero añade más, “quería comprender cómo fue, cómo se siente uno cuando es difícil moverse, cuando la cabeza se va y todo eso viviendo en una sociedad marginal”.
Cuando Paco Roca termina de hablar, aparece en pantalla Emilio, Rockefeller para los que se quedan hasta el final de la película. Junto a este director de banco jubilado, se encuentra Miguel, un argentino con el que comparte habitación y con el que establecerá una fuerte amistad. Y todo ello sucede en una residencia de ancianos con una temida planta de arriba a la que envían a aquellos que necesitan asistencia porque no pueden valerse por sí mismos.
“Acá Rockefeller, cuando no sucede algo hay que buscarlo. Si no mantenéis la cabeza ocupada con algo la perdéis en seguida” le explica Miguel a Emilio. Y precisamente en esa pérdida de la cabeza es en lo que se basa esta historia. El alzhéimer de Emilio es la trama de la película, pero también del cómic. Una enfermedad para la que Paco Roca se inspiró en el padre de un amigo suyo, una enfermedad que según estimaciones de la federación internacional Alzheimer Disease International (ADI) en 2030 afectará a 65,7 millones de personas en todo el mundo.