Cuenta una leyenda sami, el pueblo aborigen lapón, que un zorro recorre los cielos del Círculo Polar Ártico golpeando con la cola los nevados montes de Laponia, produciendo chispas que se reflejan como luces de diferentes colores. ‘Revontulet’, la palabra finesa utilizada para denominar la aurora significa "los fuegos del zorro". También las leyendas esquimales conectan las luces de la aurora con un sendero sinuoso y estrecho que conducía a los dominios celestiales y que también significaba la llegada de nuevos espíritus.
Pero las auroras son caprichosas. La predicción de este fenómeno es complicada, sólo se pueden predecir con dos o tres días de antelación debido a que son las tormentas producidas en el sol las que generan vientos solares cargados de protones e iones, que al interactuar con los campos magnéticos de la tierra dibujan las auroras en el cielo. Los diferentes colores de estas luces del norte, que van desde el verde hasta el azul, pasando por diferentes tonos de rojos, violetas y magenta, son producidos por los gases que componen la ionosfera.
Dos días antes del 17 de marzo, el centro de Auroras de Finlandia se hacía eco de una tormenta solar que habían captado los sensores de la NASA. La escala que mide la predicción de actividad se mide en kp, en un rango de cero a nueve, cuanto más alto es este índice más al sur se pueden ver las auroras. La estimación era de 6kp, lo que indica una tormenta solar que hace posible ver la aurora incluso en Helsinki.
Las redes sociales ebullían comentando con ilusión la posibilidad de ver los fuegos del zorro. Hay todo un carrusel de páginas en internet, grupos de Facebook y cuentas de Twitter que nutren de información a los cazadores de auroras.
Pero estas predicciones se quedaron cortas, desde las cinco de la tarde, los sensores mostraban índices superiores a 7kp, y este nivel no sólo se mantuvo, sino que aumentó a medida que pasaban las horas. No sólo es necesario una alta actividad geomagnética, aparte de la obviedad de que las luces del norte únicamente se pueden ver en la oscuridad de la noche también es necesario un cielo despejado de nubes, además, la luna nueva también ayudaba esa noche en la que se dio una combinación perfecta, todas las variables ayudaron para una velada mágica de San Patricio.
Fue una noche histórica en cuanto auroras se refiere, en lo más profundo de la noche los niveles se dispararon llegando a alcanzar más de 8.70kp, las luces del norte se pudieron incluso al norte de Francia, multitud de fotografías con avistamientos de auroras en Alemania, Países Bajos, Reino Unido o las repúblicas bálticas. Irlanda también tuvo la oportunidad en su día nacional, el manto verde cubrió gran parte de Europa.
En Jyväskylä, en la región Central de Finlandia se veían las siluetas de las personas que miraban anonadas el espectáculo de sinuosas líneas de colores sobre el cielo, no importaba que fueran las cuatro de la mañana de un día laborable. Además de los lugareños, que recordaban pocas noches como aquella, los que más ilusión tenían eran los estudiantes de intercambio, pues para la inmensa mayoría era la primera vez en la vida en la que podían ver ese fenómeno. Palabras como increíble, sensacional, extraordinario o mágico eran las más repetidas. Eran más de las cuatro de la mañana y tenían clase al día siguiente, no se querían ir a dormir porque desde la ventana presenciaban ese espectáculo y no sabían si lo iban a poder volver a ver.
Durante la madrugada de este viernes la NASA informa de otra nueva erupción solar, ¿volverá a ser la noche del domingo otra jornada histórica para las auroras...? Quién sabe.