El consumo de drogas y sustancias psicotrópicas entre la población cada vez más joven se ha disparado en los últimos años. "La crisis podría haber sido uno de los desencadenantes en provocar este aumento de la demanda de fármacos ilícitos en el mercado europeo" según advierte la Comisión Europea en un informe publicado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías; así como también advierte del número de jóvenes en Europa que venden o incluso producen sus propias drogas en casa, especialmente cannabis, para ganar dinero.
La reciente noticia acerca de la detención en Bruselas de un coche portador de medio kilo de heroína, confirma que en Bruselas sucede lo que desde hace tiempo se preveía en la Unión Europea, donde el tráfico y consumo de sustancias ilegales es un problema a tratar. Solo en Bélgica, los usuarios de cannabis «intensivos» representan entre el 5 y 25% de los consumidores totales de este producto, una cifra disparada si se compara con el porcentaje del tres sobre cien que alcanza la media europea. El estudio también refleja que el incumplimiento de las leyes contra la distribución de esta droga ha contribuido a aumentar notablemente su precio, ya que tanto productores como traficantes exigen una compensación.
Bélgica se corona como el país europeo más barato en venta de drogas
Según datos del 'Global Drug Survey', Bélgica es el país en el que más barato se vende cocaína de toda Europa. Mientras esta droga cuesta de media de 70 a 100 euros el gramo, en Bélgica se vende por 53 euros. Magnitudes similares se barajan con la distribución de éxtasis y MDMA en el país.
La razón por la que Bélgica se ha convertido en el paraíso del consumidor ilegal, es debido a la repercusión del puerto de Amberes, considerado la mayor puerta marítima de entrada de cocaína y otros estupefacientes de todo el continente, hasta que en noviembre de 2014 fue sobrepasada por el puerto de Rotterdam.
Alcoholismo como la "droga turística de Bruselas"
The European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addition, en Bruselas, afirma que la mayoría de los usuarios que acuden al centro son, sin embargo, alcohólicos.
Carlo Di Salvo, un italiano de veintiún años afincado en Bruselas, afirma: "El acceso a drogas como el cannabis o la cocaína es muy fácil en la noche belga, pero no podemos olvidao que en este país existe otro problema: la veneración popular por la cerveza. Desde que llegué no he parado de beber cerveza allá donde he ido, pero claro ¡es la mejor del mundo!" Quizá sea precisamente esa característica la que contribuya a que el Instituto de Gante, en un informe realizado en diciembre de 2014, haya concluído que Bruselas es, además, una de las ciudades europeas cuyos habitantes tienen menos consciencia de su alcoholismo. "Es cierto que la cerveza belga tiene fama de ser muy buena, pero al final resulta traicionera, al tener más gradaución de alcohol que lo que un turista puede estar acostumbrado, por lo que ya sabemos el resultado", concluye Natalia Vázquez, una erasmus española en Bruselas.
Por otro lado, Joshep Van Halen, un urbanista belga, declara que la renta per capita de los individuos en el país es bastante más alta que la media europea, lo cual les permite gastar en "vicios" a los que puede que en otros países no tengan el mismo acceso. "Aunque no por ello lo defiendo, ya que considero que Bélgica realmente no es famosa internacionalmente por su narcotráfico, ni por atraer un turismo de consumidores ilícitos".
La Comisión Europea continuará luchando contra el tráfico ilegal
Ante este problema, la Comisión Europea ha tomado cartas en el asunto. Ya en junio de 2014 se propuso llevar a cabo una nueva ley de prohibición de cuatro nuevas drogas de diseño en la Union Europea; y actualmente esa propeusta ya es una realidad. Con ella, según la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, "se está dando un paso importante para proteger a nuestros ciudadanos expuestos, cada vez más jóvenes, a riesgo por la creciente disponibilidad de estas sustancias peligrosas". Por el momento, sólo el tiempo dirá si Bruselas le gana la partida a las drogas.