Una estructura metálica de veinticuatro metros de alto, compuesta por varios módulos iluminados en diferentes colores y de forma abstracta, se encuentra en el centro de la capital belga como símbolo de la navidad. Esta elección, llamada el abeto 2.0 (en francés Sapin 2.0), es creación de la marca creativa de “1024 Architecture” y ha sido presentada como una propuesta ecológica y con la intención de proyectar las nuevas tecnologías conservando la magia de las fiestas navideñas.
Sin embargo, no ha sido muy bien acogida entre muchos de sus ciudadanos, que unieron para protestar contra el nuevo árbol y pedir su retirada.
El descontento no sólo se encuentra a pie de calle sino que llegó hasta la esfera política, generando un debate con la población musulmana. Bianca Debates, representante del partido Cristiano Demócrata y Flamenco (CD&V), originó una gran polémica al publicar en su Twitter que “el cambio había sido motivado por razones religiosas, para no molestar a los musulmanes” con un símbolo que era propio de la navidad cristiana.
Philippe Close, Consejero de Turismo y Portavoz del gobierno local aseguró que el árbol de navidad no es un símbolo religioso, sino pagano y que en ningún momento se había hecho para no ofender a los musulmanes. Close estaba preparado para enfrentarse a una polémica, afirmando que “sabía que no a todo el mundo le iba a gustar el cambio”. El Consejero de Turismo considera que el nuevo árbol “es una manera de reinventar la navidad dando una oportunidad a nuevos artistas, y también, de cambiar la imagen de Bruselas al mundo”, pero hizo hincapié en que la intención del cambio no era, para nada, generar un debate religioso, de hecho, afirmaba que las tradiciones no habían cambiado, “hay un árbol, hay un belén, el mercado de navidad… todo va a seguir igual porque así se vive en Bruselas, sólo lo hemos modernizado”, aseguraba Close.
Moderno o tradicional, guste o no, el árbol ya luce cada día en el centro de la capital, y además, al estar compuesto de unas escaleras en su interior, permite al visitante subir para contemplar una vista panorámica e inédita del centro de Bruselas. Ciudadanos, curiosos y turistas se acercan cada día para ver de qué se trata y desde la oficina de Turismo de Bruselas, afirman que aunque el árbol haya cambiado, la afluencia de turistas que viajan a Bruselas en esta época sigue siendo la misma.
La capital belga es conocida por albergar uno de los mercados de navidad más populares de invierno en Europa, que complementan al árbol de navidad. Una larga fila de puestos de navidad rodean las diferentes calles de la ciudad, pistas de hielo y norias gigantes se encargan del ocio y las tiendas y chocolaterías se las ingenian por ser las más originales en sus escaparates.