Miembros de las Fuerzas Kurdas de Autodefensa de una de sus bases improvisadas en
Serekaniye el 31 de diciembre de 2012. Foto cedida por el fotógrafo Guillem Valle
Olivier Voisin ha sido el último profesional de la comunicación fallecido en este cementerio de periodistas que es Siria. El pasado 21 de febrero el fotógrafo francés, de 38 años, resultó gravemente herido como consecuencia de la explosión de un obús mientras cubría las operaciones de un grupo armado de la oposición siria en la región de Idlib, en el norte del país. Tres días después, el Ministerio de Exteriores francés confirmaba su fallecimiento en el hospital internacional turco de Antakya, donde fue intervenido.
Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), con el fallecimiento de Voisin asciende a 23 el número de periodistas que, desde marzo de 2011, fecha del inicio del conflicto en Siria, han perdido la vida en el ejercicio de su profesión en este país. A esta cifra debemos sumar el más de medio centenar de periodistas ciudadanos que han fallecido por actividades relacionadas con la recopilación y la difusión de información. Cifras más alarmantes aun si cabe, teniendo en cuenta que los datos de RSF sobre muertes de profesionales de la comunicación se limitan a contabilizar los fallecimientos por causas profesionales probadas. Malén Aznárez (Presidenta de RSF España) afirma: “Siempre el número es bastante mayor porque hay otros que no hemos podido comprobar o que se comprueban más adelante”.