Alternativas Económicas nació asociada con la publicación francesa Alternatives Economiques, la cual atesora una experiencia de 32 años y unas ventas mensuales de 110.000 ejemplares, de los que el 80% corresponde a suscriptores. La revista española la tomó como referente para su estructura societaria y periodística al establecerse como una cooperativa. “Los franceses son socios de nuestra cooperativa y nosotros somos socios de la suya. Somos socios en pie de igualdad, porque, entre otras cosas, no hay ningún interés económico” explicó Andreu Missé.
Mediante el cooperativismo, los integrantes de Alternativas Económicas pretenden preservar el periodismo independiente ante la aceptación, aparentemente unánime, de que está tocando a su fin. “El capital somos nosotros, nuestro trabajo y nuestras aportaciones” declaró Pere Rusiñol. Una suma de elementos destinados al mundo de la educación, la universidad y los periodistas. De esta manera, cumplen “el deseo profundo de que la gente entienda, explicar lo que pasa y ayudar a la gente a decidir”, tal y como resumió Soledad Gallego-García. Su intención es evitar explicar las cuestiones desde un punto de vista electoral, sino utilizando un estilo didáctico. Un compromiso con el ciudadano, a diferencia del resto de revistas sobre economía dirigidas al inversor o al ejecutivo. Por ejemplo, respecto al tema de la prima de riesgo, Alternativas Económicas hablaría sobre cómo afectaría a las pensiones en función de su evolución, en vez de la forma de sacarle partido al invertir.
“Estos jóvenes que tanto veneran a los viejos, lo que no saben es lo que yo aprendo de ellos, saben de muchas cosas” comentó Missé en referencia a la ayuda que habían recibido para crear su web http://alternativaseconomicas.coop/. La oferta íntegra de esta versión digital es mediante suscripción ya que “los periódicos se deben a sus lectores y es necesario pagar por la información independiente” aseguró Rusiñol. Alternativas Económicas cuenta actualmente con ochocientos suscriptores y están ganando entre cincuenta y sesenta por semana, según el equipo editorial. La suscripción cuesta 44 euros al año con un descuento a los estudiantes.
“El periodista ahora, sobre todo los jóvenes, no solo tiene que hacer periodismo, sino crear las herramientas que te permitan hacer periodismo” declaró Pere Rusiñol. Con su segundo número en papel a la venta, planean proyectos futuros. Entre ellos, el deseo de expandirse por otros países de habla hispana ya que “la economía no se puede explicar sin una dimensión global. Para nosotros, nuestra globalidad más natural es América Latina”.