Jueves, 13 Diciembre 2012 10:24

Salvados, el triunfo de lo políticamente incorrecto

Escrito por  Sara Ledo

Jordi Évole no es un periodista al uso, o al menos no de los que abundan. Su programa, Salvados, tampoco. El espacio es una mezcla entre actualidad y denuncia donde lo políticamente incorrecto toma el cáliz de lo triunfal.

 

Conocido como El Follonero, Jordi Évole fue durante un tiempo el niño mimado de Buenafuente. En el 2008 decidió seguir su propio camino, y Salvados fue su elección. Un programa que no deja indiferente a nadie, para bien o para mal.

 

 

El pasado 18 de noviembre, la emisión del reportaje Oligopoly, no fue una excepción. Tratando un tema tan susceptible para algunos, tan cercano para muchos y tan desconocido para la gran mayoría, se convirtió en el centro de los comentarios durante toda la semana. Su misión era “intentar entender una factura de la luz” para lo que tuvo que adentrarse en los senderos de un gran desconocido, el sector de la energía, plantándole cara a las poderosas empresas eléctricas y a las posibles consecuencias que pudiesen surgir tras esta emisión.

 

Analizando la situación del oligopolio que forman cinco gigantes eléctricos en España (Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, E.ON y EDP), se encontró con la falta de transparencia, la complicidad con los políticos, y los beneficios generados en muchos casos a costa de los ciudadanos. El tema se convirtió en el centro de todas las miradas y las redes sociales comenzaron a echar humo ante el temor de una posible desaparición del espacio por presión de estas empresas. ¿La respuesta? Una corriente masiva en apoyo del periodista y del programa que finalizó con un record de audiencia en su siguiente emisión del 16, 1%. Más de tres millones y medio de espectadores se pegaron a la pequeña pantalla durante la emisión del reportaje Fraude rico, fraude pobre.

 

Ya ha pasado un mes. Y a pesar de las alarmas surgidas en un primer momento Salvados sigue en antena, y con más apoyo que nunca. Denunciando y creando reportajes que a unos gustan y a otros no, pero que a todos afectan.

 

El pasado fin de semana le tocó el turno al sector alimenticio. Con la comida no se juega fue el título del programa que analizó la paradoja del despilfarro de alimentos en un país que atraviesa una crisis económica brutal, lo que ha producido que muchas personas no tengan comida para llevarse a la boca.

 

Pero como casi todos los domingos volvió a surgir la polémica. Esta vez le tocó el turno a Mercadona. El responsable de los Bancos de Alimentos de Valencia, Jaume Serra,  encendió el debate cuando afirmó que la cadena, a diferencia de otros supermercados, no colaboraba con ellos. Y claro, las consecuencias de estas palabras no se hicieron esperar.

 

Las más inmediatas fueron las redes sociales, otra vez, donde la gente se planteaba boicotear el consumo de productos de la empresa valenciana. Pero también esta tuvo una respuesta rápida, primero divulgando campañas de colaboración que sí hacen en algunas provincias, y después, ratificando un acuerdo con la Federación Española de Bancos de Alimentos.

 

Sonadas fueron también las controversias con la Iglesias por el programa Salvados por la Iglesia o con la Falange Española, tras la emisión de Salvados en el Valle de los Caídos.

 

Es una producción políticamente incorrecta. Esa es su filosofía. Ni las eléctricas, ni otros sectores poderosos han podido con el programa, al menos de momento. El próximo capítulo viene de la mano del ex juez Garzón, que seguro tampoco dejará indiferente a nadie. Solo queda ver el programa y esperar sus consecuencias.

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