Infoactualidad: ¿Cómo funciona exactamente “Mybullying”?
Javier Martín Babarro: Es una herramienta de evaluación, que se ha diseñado para facilitar a los centros la detección de los casos de acoso escolar. Ya no solo la evaluación, sino también las pautas de intervención para resolver los mismos.
I: Con respecto a la medida de intervención que propone pedir la colaboración del resto de los alumnos, ¿Cree que funcionaría en todos los casos?
J.M.B.: La mayoría de los alumnos suelen ayudar a sus compañeros, suelen acceder favorablemente. Sin embargo, en función de la victimización, podríamos recomendar este sistema de ayuda entre iguales, o desaconsejarlo. Las víctimas, pueden ser pasivas o activas; las pasivas suelen ser en torno al 90%, en este primer tipo, la ayuda entre iguales funciona muy bien, en los casos en que se trate de una víctima activa, no es recomendable aplicarlo, por lo menos, no en un primer momento. La diferencia es que, las primeras presentan un perfil de retraimiento, están en un segundo plano social; las segundas, están en un primer plano, suelen interrumpir a los demás, tienen una necesidad constante de atención.
I: Sabemos que denunciar el acoso psicológico es mucho más difícil, puesto que es más complicado demostrarlo, ¿Podrían utilizarse los resultados del test como recurso legal?
J.M.B.: Sería solo un apoyo, es cierto que el acoso psicológico es más difícil de demostrar, pasa más desapercibida.
I: ¿Qué tipo de tratamiento reciben los niños que acosan? ¿Cuál sería recomendable para rectificar su conducta?
J.M.B.: La intervención se centra principalmente en la víctima, en protegerla y ayudarla. Pero es verdad que las intervenciones de acoso escolar deberían abordar a todos los actores, en todos los episodios. Por tradición, las guías de ayuda de conducta para los acosadores están menos desarrolladas. Las líneas que se siguen, tratan de enseñar a empatizar con la víctima, que se dé cuenta de que lo que ha hecho está mal, también es necesario incorporarle en el proceso de cambio, de enmienda. Para estos niños el acoso es una de las maneras de desenvolverse socialmente, la disrupción es otra. Hay unos autores neozelandeses y australianos, que plantean transformar este liderazgo negativo en uno positivo, dándole tareas, relevancia, y averiguando de dónde viene esta necesidad de atención.
I: ¿En cuántos centros está implantada ya la herramienta? ¿Y qué resultados se han obtenido hasta el momento?
J.M.B.: Actualmente, está en unos 450 centros y la evaluación comenzó hace un mes aproximadamente. Hasta ahora, hemos podido observar que ha ido bastante bien, por las opiniones informales que hemos recibido, sabemos que está teniendo una buena acogida.
I: ¿Cuál es el siguiente paso que quiere en este proyecto?
J.M.B.: La herramienta necesita formar parte de un programa más complejo de convivencia. Hace falta un revestimiento, que consistirá en aportar actividades de tutoría por edades para trabajar con el grupo entero, también enseñar estrategias de relaciones y actividades sociales, etc.