El libro es el resultado del trabajo realizado en las aulas de Hernández y Alcoceba el pasado curso, cuyo objetivo era conocer las señas de identidad de los jóvenes de hoy en día. El estudio analiza las particularidades generacionales respecto a los valores y contravalores de los jóvenes a partir de imágenes y no de discursos.
José Antonio Alcoceba, Doctor en Ciencias de la Información, asegura que existen particularidades relevantes respecto a generaciones anteriores. Una de ellas es que los universitarios de hoy en día son excesivamente normativos. Alcoceba cree que la causa radica en que los llamados ‘hijos de la crisis’ han conformado sus señas de identidad en torno a discursos intrapunitivos similares a “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’’, asegura, asumiendo cierta culpa de lo que pasaba.
Al mismo tiempo, culpabilizan al “nini” de su situación y se alejan de su estereotipo sin contemplar la posibilidad de que su condición se debe a la falta de oportunidades. Esta generación es poco crítica y ponen límites a la libertad de expresión. “No llegan a entender que la libertad a veces molesta”, afirma José Antonio Alcoceba. Los jóvenes entienden la corrupción al mismo tiempo que la rechazan. “Consideran que una corruptela no está del todo mal, no ven mal el enchufismo”, concluye el profesor.
Nuestros jóvenes son individualistas y por encima de cualquier valor social le dan importancia a la estabilidad y a la seguridad personal. Sin embargo, la familia y los amigos son el paradigma de su equilibrio personal. Alcobeba se muestra sorprendido por la percepción que tienen sobre el amor. Por una parte, las mujeres consideran que si hay amor, una infidelidad es perdonable, mientras que los hombres no lo tolerarían. “Las mujeres lo aceptan y esto es un visión poco innovadora, más conservadora”, apunta Alcoceba y añade que “el valor del amor prima para las mujeres y para los hombres parece ser que no. Hay que cambiar las dos visiones”.
Ambos géneros coinciden en el rechazo absoluto de cualquier tipo de violencia. Los estudiantes tienen una contestación activa contra violencia machista y tienen claro que hay que alzar la voz para denunciar este tipo de situaciones. No obstante, la percepción de género para ambos sexos no es la misma: los chicos son idealistas debido a los discursos políticos dominantes mientras que las mujeres son realistas, conscientes de que todavía queda mucho por hacer. También apuestan decididamente contra la violencia homófoba.
Esta generación dice adiós a los toros. “Todavía cuesta ver cuándo será su fin pero una sociedad como esta terminará erradicándolos, quizá en cien años pero es el principio del fin”, explica el profesor. Y es que por parte de estos jóvenes existe el humanismo animalista y por tanto, condenan cualquier tipo de maltrato y profesan amor incondicional por los animales.
El pasillo del Decanato y el Hall principal de Ciencias de la Información acogió el pasado mes de abril una exposición fotográfica realizada por los más de 140 alumnos que participaron en el estudio. A partir de los collages elaborados por los estudiantes, Hernández y Alcoceba comenzaron a escribir ‘Iconología de los valores juveniles. Autoimagen, estereotipos y subculturas de los jóvenes universitarios’, que está financiado por la Federación de Ayuda contra la Drogadicción.
Para reflexionar
El próximo 10 de marzo Coral Hernández, Doctora en Sociología, y José Antonio Alcoceba han organizado una jornada de reflexión en la que se proyectará ‘Historias del Kronen’. Ésta es una cinta rupturista y violenta que está ambientada en los años 90 y con la que pretender hacer reflexionar a los asistentes comparando dos generaciones de desencanto. En este encuentro participarán Ana San Martín, coordinadora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud y Eusebio Mejías, director de la Federación de Ayuda contra la Drogadicción. El estudio está disponible en la página de la Fundación Reina Sofía y es de descarga gratuita.