Pese a que la mayor parte de los afectados por la enfermedad son mayores de 65 años, puede manifestarse en edades más tempranas. Según estimaciones de la Federación Española de Párkinson, una de cada cinco personas afectadas es menor de 50 años.
Una enfermedad estigmatizada
El mal de Parkinson es desconocido para quienes no lo padecen o no tienen familiares que lo sufran, por lo que se suele generar un estigma alrededor de los síntomas que experimentan los pacientes. Esta falta de sensibilización social puede llegar incluso a aislar sus afectados, y suele ir de la mano con una serie de estereotipos que retratan falsamente la dolencia. Sobre todo, si quien la padece es joven.
Uno de los falsos mitos de esta enfermedad es su carácter infeccioso, es decir, que se puede transmitir. Además, el pronóstico del párkinson no es siempre grave ni mortal, y existe una medicación útil que ayuda a prevenir los síntomas que producen el malestar en los pacientes.
Según la Federación Española de Párkinson, los enfermos tienen derecho a ser atendidos por un médico especializado, a recibir su diagnóstico correcto y a una asistencia continuada. Asimismo, deben disponer de acceso a servicios de ayuda complementarios y tener control sobre las decisiones relacionadas con su enfermedad.
Síntomas y tratamiento
En la actualidad no existe un diagnóstico preciso del párkinson. Recientemente, investigadores de la Clínica Mayo y del Instituto de Investigación de Salud Banner Sun (Arizona), determinaron que con la porción de la glándula submandibular de una persona podría detectarse la enfermedad de manera temprana.
“Hacer una mejor diagnosis en pacientes vivos significa un gran paso adelante en nuestro esfuerzo por entender y tratar mejor a nuestros pacientes”, explicó el autor del estudio, Charles Adler, neurólogo y profesor de neurología en el Mayo Clinic. Sin embargo, a día de hoy esta investigación tan solo ha prometido resultados en las simulaciones por ordenador y todavía espera un largo camino hasta probarse en animales y pacientes humanos.
Los síntomas que padecen las personas con párkinson son variados y dependen de la persona que convive con la enfermedad, ya que no todas desarrollan los mismos. Esto depende de la etapa en la que se encuentren. Los más frecuentes son los conocidos como síntomas motores y comprenden la lentitud de los movimientos, el temblor, la rigidez, y la inestabilidad postural.
A su vez, existen los síntomas no motores que son los que se desarrollan en etapas siguientes y que dificultan la vida diaria de los enfermos. Entre ellos están el continuo estreñimiento, el exceso o ausencia de salivación, los trastornos de la deglución, la depresión o el insomnio.
La esperanza de vida de los enfermos es parecida a la de la población no afectada, pero su salud se va deteriorando con los años. Salvo los casos inducidos por traumatismos, drogodependencias y el abuso de medicamentos, y desde que se descubrió la enfermedad en 1983, no se conoce la causa exacta de esta enfermedad. En la actualidad, muchas investigaciones la atribuyen a un posible origen multicausal por predisposición genética, factores ambientales, oxidación celular o la producción de radicales libres, entre otros factores.
Afecta por igual a ambos sexos y en cualquier parte del mundo, sin atender diferencias raciales. Aun así, es más frecuente en las personas mayores, concretamente en un rango de edad que abarca desde los 40 a los 70 años. Los medicamentos que existen para el párkinson, hasta ahora, alivian los síntomas de la enfermedad, pero no la curan ni evitan su progreso. En todos los casos, la medicación debe ser prescrita y controlada por un neurólogo.
El Día Mundial del Párkinson tiene lugar desde 1997 el día 11 de abril, con el fin de concienciar y sensibilizar a la población sobre la trascendencia y las graves consecuencias de este trastorno neurodegenerativo. Se recuerda este día en honor al aniversario del nacimiento de James Parkinson, el neurólogo británico que en 1817 describió lo que en aquel tiempo llamó Parálisis Agitante y que hoy en día se conoce como enfermedad de Parkinson.