Infoactualidad: Usted ha recibido el Premio de Investigación en Química Analítica de la Real Sociedad Española de Química y es miembro fundador del Foro de Empresas Innovadoras, entre otros méritos. Con una trayectoria académica nacional e internacional como la suya, ¿Qué supone para usted dirigir la OTRI?
José M. Pingarrón: Para mí, además de dirigirla, formar parte de la OTRI significa apoyarla y que mi experiencia científica profesional sirva para fomentar los servicios que ésta ofrece. Es el elemento indispensable para una universidad moderna. Para ello, colaboramos con distintas empresas con la intención de impulsar el potencial científico universitario al máximo, que hasta ahora solo se ha desarrollado un 20% de lo que tenemos.
I: Esta oficina se encarga de promover la transferencia de la oferta universitaria al sector productivo, ¿Con qué tipo de empresas acostumbran a trabajar?
J.M.P.: Normalmente con todas, desde el ámbito jurídico y sociológico, hasta con las empresas totalmente científico-tecnológicas como las de ingeniería química o astronomía. Resulta sencillo encontrar socios empresariales con quien poder contactar y que quieran colaborar, ya que nuestra universidad cuenta con una diversidad de especialidades tan amplia que la fortalece respecto a las demás.
I: Para que esta transferencia sea efectiva, la OTRI se encarga de asesorar a los investigadores con los contratos de investigación y propuestas de proyectos de I+D, así como de gestionar y tramitar las patentes de la UCM. ¿De qué forma lo hacen y con qué propósito?
J.M.P.: El propósito tiene su base filosófica. Los trabajos de investigación que se realizan en la universidad son, en muchos casos, proyectos que pueden ser transferidos de alguna manera a la sociedad. Cumple de esta forma la tercera misión de la universidad (docencia, investigación y transferir esos resultados) y se convierte en un vehículo diseñado para impulsar el potencial científico universitario. Transfiere a la sociedad los conocimientos y resultados que se obtienen en esta ‘casa’ y devuelve así a la colectividad el dinero público que se nos ha dado para esos proyectos de investigación.
Además de transferir resultados, su misión es ofertar puestos de trabajo a investigadores y que la sociedad aproveche los resultados de una universidad de calidad. Hemos creado 850 puestos de trabajo para jóvenes investigadores, gracias a estos contactos con empresas. En 2015 se gestionaron ocho millones de euros en estos proyectos de investigación, que repercuten en los propios investigadores.
I: Cuando les llegan los resultados de los investigadores y por otro lado conocen las necesidades de las empresas, ¿Con qué situaciones se suelen encontrar?
J.M.P.: De todo tipo y este es el aspecto que más se debe profesionalizar. En un futuro llegaremos a tener una pequeña unidad de comercialización de los resultados de investigación que tenemos en la universidad. Empezar a comercializar las patentes, que por primera vez tengamos un catálogo explícito de ellas en la UCM, y después ofertar una lista de servicios que los grupos de investigación puedan ofrecer.
I: ¿Cómo trabajan con las Empresas de Base Tecnológica (EBTs)?
J.M.P.: EBTs hay varias, las participadas y las no participadas por la UCM. Lo que nosotros queremos es potenciar las que nazcan de nuestros grupos de investigación y es uno de los aspectos en los que estamos apostando más fuerte. Nuestra intención es contactar con una consultora muy especialista en contratos de EBTs para hacer un reglamento moderno como con el que ya cuentan otras universidades españolas hoy día.
Cada EBT tiene su trayectoria. La mayoría comienzan en una etapa de crecimiento, pero cuando llegan al momento en el que se les agotan las subvenciones públicas con las que nacieron inicialmente estas empresas tienen que vender. Muchas de ellas decaen y otras desaparecen. En cambio, un ejemplo de éxito es la carismática empresa Reticare, que nació de la facultad de óptica de la UCM y realiza dispositivos para protección ocular en móviles y tabletas que se comercializan en todo el mundo.
I: ¿Por qué es importante la divulgación y de qué manera lleva a cabo la OTRI esta tarea?
J.M.P.: Es imprescindible que la universidad salga en los medios de comunicación por buenas noticias, que las hay y muchas. Por este motivo, la plataforma de divulgación científica con la que contamos, de poco personal para su excelente rendimiento, en colaboración con el departamento de comunicación de la universidad, es fundamental para dar a conocer los resultados científicos universitarios. La reciente noticia del biosensor capaz de identificar el cáncer oral en muestras de saliva tuvo una tremenda repercusión tanto nacional como internacional en los medios de comunicación, gracias a ellos se consiguió que la divulgación de nuestros avances fuese máxima.
Esta plataforma trabaja a través de una serie de contactos con las secciones de los medios de comunicación dedicadas a ciencia y tecnología, y como ya los conocen y ven que su trabajo es extraordinario, casi siempre hacen eco. Su trabajo es muy profesional y quizás habría que aumentar el personal de esta plataforma de divulgación científica.
I: Como miembro del jurado del IV Concurso de Divulgación Científica UCM, ¿Qué es lo que más valora en un trabajo de divulgación?
J.M.P.: Lo que se pretende con este certamen es premiar las ideas más novedosas y relevantes en cuanto a cómo y de qué manera se debe realizar una eficaz y rigurosa divulgación científica. En mi opinión, valoro las propuestas que van más allá de lo que se conoce hasta ahora y que acerquen a la sociedad la ciencia y tecnología de la forma más innovadora. Necesitamos ser capaces de explicar correctamente a la sociedad que cuando paga impuestos por ciencia, son impuestos que revertirán eficazmente en su calidad de vida.
I: Para terminar, ¿destacaría algún evento próximamente?
J.M.P.: Por supuesto, el plenario de la red OTRI de todas las universidades españolas los días 30 y 31 de mayo. Durante esos dos días nos reuniremos, aquí en Madrid, para hablar sobre los actuales problemas en estos organismos y las posibilidades de mejorarlos en un futuro.