Para destacar a la población que el agua es un recurso escaso y concienciar a los políticos sobre la importancia de este bien se ha promulgado como lema de este año ‘El agua y el empleo’. El 22 de marzo es un día dedicado en especial al agua y su importancia en la Tierra. El Día Mundial del Agua también es una fecha en la que cobra atención el cambio climático y la contaminación como algunos de los factores promotores de la sequía y escasez del agua en el mundo.
Desde 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 22 de marzo como Día Mundial del Agua para concienciar a la población del planeta de la importancia de este recurso para la humanidad y para potenciar la distribución del agua potable a todas las partes del mundo. Este año el enfoque está en la relación entre el agua y el empleo. Guy Ryder, Director General de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y presidente de Agua en las Naciones Unidas, explica que en la actualidad casi la mitad de los trabajadores en todo el mundo desarrollan su labor en sectores relacionados con el agua.
Consumo responsable
Esa política de oferta sin límites ha llevado a España a ser el país con más embalses ‘per cápita’ del mundo, una cifra alrededor de 1.300. En las últimas décadas el abastecimiento del agua en España está quedando en manos privadas, lo que según Greenpeace es una tendencia contraria a la del resto del mundo.
Ryder explica que el agua es un recurso escaso que si se trata con la importancia que requiere “puede fomentar una economía más verde y el desarrollo sostenible”.
No solo la cantidad sino también la calidad del agua mundial están deteriorándose debido a los vertidos contaminantes provenientes de las aguas residuales mal depuradas y los vertidos industriales. Además, el sector agrícola es el que más agua consume y no siempre sin dejar daños. El uso a gran escala de fertilizantes, insecticidas y purines también contribuye a la contaminación del agua.
El cambio climático
Una de las mayores amenazas al recurso hídrico son los efectos ya perceptibles para la humanidad. Según Greenpeace, la responsabilidad del cambio climático la tiene el modelo energético que quema combustibles fósiles. Asimismo, la ONG ambientalista anuncia que los periodos de sequía y escasez del agua pueden convertirse en crónicos en buena parte de la península Ibérica.
Entre las numerosas consecuencias del cambio climático están la baja disponibilidad de agua y el aumento de la temperatura de ésta. Además, el recurso se utiliza para refrigerar el combustible nuclear en las centrales termonucleares y en las centrales termoeléctricas con el fin de producir energía.
La escasez de agua no solo significa menos agua potable, sino que consecuencia también menos energía y menos trabajo, ya que tres cuartos de los empleos del mundo dependen del agua. La suma de estos factores negativos forma limitaciones para el futuro crecimiento económico de todo el planeta.