La primera misión espacial europea con el objetivo de aterrizar en el planeta rojo se ha iniciado esta mañana, tras el lanzamiento de la nave ExoMars2016. A bordo de un cohete Protón-M, la nave ha iniciado una travesía que terminará cuando aterrice en Marte dentro de siete meses, aproximadamente. La agencia espacial rusa Roscosmos y la ESA han unido fuerzas para intentar contestar a la cuestión de si alguna vez ha existido vida en dicho planeta.
El proyecto consta de dos misiones. La que se ha iniciado hoy está conformada por el orbitador Trace Gas Orbiter (TGO) y el módulo de descenso Schiaparelli, que será el que aterrizará en la superficie del planeta rojo. Su misión será recoger datos sobre la atmósfera marciana durante las fases de entrada y descenso, además de estudiar el entorno del punto de aterrizaje.
No obstante, su tarea principal consistirá en probar las tecnologías para el descenso y el aterrizaje de cara a la segunda parte del proyecto. Una vez en la superficie del planeta, el Schiaparelli funcionará entre dos y ocho días marcianos, dependiendo de la duración de sus baterías. Por su parte, el TGO entrará en órbita a 400 kilómetros de altitud y analizará la presencia de gas metano en la atmósfera del planeta.
El astronauta Pedro Duque ha señalado que los datos recopilados por el proyecto ExoMars pueden marcar un antes y un después de cara a organizar una misión tripulada a Marte: “La atención de todos los astronautas está puesta en esta misión. La medición de los gases de Marte se va a conseguir con varios órdenes de precisión mayor de lo que se ha logrado hasta ahora. Esto es importante para determinar si merece la pena ir”, afirmó el astronauta español en un evento para presentar el proyecto antes de su lanzamiento.
La segunda parte del proyecto tendrá lugar en 2018, cuando ambas agencias envíen un rover a Marte para tomar muestras del subsuelo. El programa tiene un presupuesto de 1.300 millones de euros, de los que un 6,7% son de participación española.