¿Cuántos amigos y amigas conoces que, rondando ya o superados los 20 años, aún no han acudido a hacerse una revisión? ¿Acaso eres tú uno de ellos? En la mayoría de los casos no existe una edad ideal para acudir a la primera revisión, pero ésta suele tener que ver con el momento en que comienzan a mantenerse relaciones sexuales. Es entonces de crucial importancia comprobar que todo el aparato genital está correctamente desarrollado, sin anomalías que puedan traer complicaciones en el futuro, sin ningún tipo de enfermedad etc. Y a raíz de la primera revisión la mayoría de facultativos acuerdan que las sucesivas consultas se hagan una vez al año.
La doctora Olga Ortiz recalca la importancia de acudir a este tipo de consultas, y afirma que “aunque entre las mujeres haya más costumbre de hacerse revisiones, para los hombres debería ser igual de importante”.
Peculiaridades de cada sexo
En el caso de los hombres, por las características propias de su aparato genital, hasta los 30 años de edad se exponen a menos patologías que las mujeres. Pero existen problemas que se pueden presentar desde la juventud sexual, como la eyaculación precoz. Ésta puede aparecer desde los 20 años y si no se trata a tiempo, puede volverse irreversible. Y en una edad un poco más avanzada, a partir de los 25 años, la disfunción eréctil (incapacidad para tener una erección o mantenerla) afecta a 1 de cada 5 hombres. También en el caso de los hombres es importante vacunarse contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). Aunque tan sólo el 1% de los hombres que lo contraen presentan verrugas genitales (uno de los principales síntomas), sí pueden ser portadores del mismo sin que se manifieste hasta años más tarde. El peligro del VPH en hombres reside en que pueden transmitírselo a las mujeres mediante las relaciones sexuales, y a ellas esta enfermedad les afecta de forma mucho más grave si no están vacunadas.
A ambos sexos pueden afectar ciertos problemas por igual. Es el caso de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), tan comunes en países liberados sexualmente como es España. Pueden ser SIDA, sífilis, gonorrea o papiloma humano. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes desconocen la facilidad con la que se pueden contraer patologías con un tratamiento más sencillo, pero muy incómodas, como el herpes, los hongos y multitud de diversas infecciones genitales.
Según el doctor José Campos Liarte, ginecólogo de la Clínica Ginecológica y de Reproducción asistida de Almoradi (Alicante), “la mayor parte de los contagios se producen por desconocimiento”. Campos Liarte explica que el mayor miedo que se tiene a la hora de tener relaciones sexuales, sobre todo en la adolescencia, es el embarazo no deseado. Por eso, las jóvenes suelen usar la píldora diaria como método anticonceptivo, “pero se olvidan de que si no utilizan un preservativo pueden coger cualquier tipo de enfermedad, ya sea de mayor o menor riesgo”, cuenta José Campos Liarte. Según el ginecólogo, “en este sentido son muy importantes las charlas informativas que se suelen dar en los centros educativos. Estas charlas en ocasiones son escasas, pero los jóvenes tienen muy fácil el acceso a la información por Internet. Si no aprovechan esta ventaja, la información la reciben de los compañeros y lo que les cuentan suelen ser unos datos sesgados y muchas veces incorrectos”, concluye.
Por otra parte, el doctor Héctor Barahona, ginecólogo experimentado, defiende que en este aspecto de la anatomía las mujeres tienen una salud más “delicada”. Ellas pueden acudir al ginecólogo desde su primera regla. Pero no acudirán únicamente por motivos de salud sexual, sino también de “comodidad sexual”. Y es aquí donde entran en juego los anticonceptivos, puesto que la mayoría de métodos anticonceptivos se aplican a la mujer, a pesar de que, sin mucho éxito, la píldora anticonceptiva masculina está ya patentada.
Los anticonceptivos
Uno de los estudios realizados por el Grupo Daphne, en colaboración con el laboratorio Bayer Schering, muestra que la edad en la que se inician las relaciones sexuales ha bajado dos años en el último tiempo. Según la encuesta realizada en 2002, las relaciones sexuales coitales comenzaban en el grupo de los 17 y 18 años. Sin embargo, en el año 2004, solo dos años después, el estudio muestra que los jóvenes comienzan a practicar sexo a los 16,3 años los chicos y 16,5 las chicas. Además, el estudio contempla que los jóvenes “mantienen una alta frecuencia de relaciones sexuales con parejas sucesivas de poco tiempo de duración, son los llamados monógamos sucesivos”.
En este sentido, “acudir al ginecólogo es una gran ventaja a la hora de tener una fuente de información fiable para escoger el anticonceptivo que mejor se adapte a cada mujer”, explica el Doctor Barahona. “La regla suele venir a los 11 o 12 años. Normalmente, si la mujer no tiene muchas pérdidas y no tiene mucho dolor aconsejamos que las revisiones ginecológicas comiencen en el momento que comienzan las relaciones sexuales”, explica el doctor José Campos Liarte. Más allá de la píldora anticonceptiva, existen muchos métodos alternativos, más o menos baratos, más o menos duraderos, más o menos adecuados. La Asociación Española de Ginecología avala sitios web como anticonceptivos hoy, donde puede encontrarse información fiable sobre todos los métodos anticonceptivos. Éstos pueden ser el preservativo femenino, células espermicidas, el implante subdérmico hormonal, el dispositivo intrauterino hormonal o sin hormonas (DIU), el anillo vaginal, el parche hormonal o la píldora anticonceptiva combinada o sin estrógenos, entre los más conocidos. Según Ana Salceda, técnica en la Farmacia Alfonso Soriano de Alicante, “el método anticonceptivo que más vendemos actualmente es la píldora diaria, seguida de los preservativos masculinos. A pesar de que existen muchos más medios al alcance de todos, a penas se conocen y no se les da uso en términos generales”, informa Ana Salceda.
Pero además es importante acudir a un especialista que pueda indicar cuál es el más adecuado para cada tipo de chica según su peso, sus niveles hormonales (para detectar el común ovario poliquístico), si es alérgica o no a los estrógenos, si fuma (el tabaco en combinación con la píldora provoca graves problemas circulatorios), si una píldora le va mejor que otra, si es olvidadiza o responsable con los tiempos de toma de la píldora o aplicación del espermicida... Y un largo etcétera de variables que sólo un ginecólogo puede resolver.
La prevención es lo que más te aleja de tener que buscar un remedio. Un examen ginecológico o urológico es incómodo y puede dar pudor. Pero también es rápido, indoloro y con uno al año basta. “Sobre todo, puede ayudar a detectar posibles problemas antes de que sean graves y afecten a la vida del paciente o a su pareja”, afirma la doctora Olga Ortiz. Y como punto positivo, puede proporcionar mucha tranquilidad y facilidad a la hora de mantener relaciones sexuales despreocupadas, de calidad y sin peligro, ya que al final, es lo que realmente importa.