La jornada Científicos. Decálogo del Buen comunicador científico, que la Facultad ha acogido en su ciclo de conferencias relativo a los Premios Talento Comunicativo 2014 ha contado con la intervención de profesionales en el sector como Annie Machordom y Alfonso Carrascona, investigadores del CSIC; Marisé Borja, directora de la oficina de Europa de la Complutense y Noemí Gómez, periodista especializada en Ciencia de la Agencia EFE bajo la moderación de Ainhoa Goñi, directora de Comunicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Los ponentes han coincidido en la necesidad de la figura del comunicador especializado en el ámbito de la investigación científica y han resaltado su labor como puente entre la Ciencia y la sociedad.
Annie Machordom ha sido la primera en intervenir destacando que, pese a la existencia de esa figura de comunicador científico, los investigadores deben tener en cuenta que su objetivo es la ciudadanía. “A mí nadie me ha enseñado a comunicar, soy el contraejemplo de la comunicadora, pero siempre intento evitar la barrera entre los que hacemos ciencia y los que quieren conocerla”, ha recalcado. Para ella, la Ciencia necesita profesionales que sepan captar lo que los científicos no saben y transmitírselo a la gente. “No es una cuestión de lenguaje técnico o no técnico, sino de saber lo que le importa a la gente”, ha asegurado, para después añadir que “es el propio investigador el que debe darse cuenta de que necesita un comunicador”.
Por otra parte, Marisé Borja ha resaltado que “durante mucho tiempo, los científicos nos hemos dedicado al `consumo interno’, y eso tiene que cambiar”. La directora de la Oficina de Europa en la Complutense opina que los científicos siempre se habían comunicado entre ellos con un lenguaje “cuanto más técnico y especializado, mejor”, y de repente se dieron cuenta de que existía una enorme brecha entre ellos y el público general. “Ahora cada vez que se planea un proyecto se tiene muy en cuenta cómo va a ser la comunicación, porque de ella va a depender el impacto de dicho proyecto”. Borja ha asegurado que la divulgación es el proceso más importante de una investigación y que esta debe acercarse a la gente. “Si la Ciencia se explica desde lo que le interesa a la gente, entonces es divertida”, ha concluido.
Continuando con esa crítica al hermetismo científico, Alfonso Carrascosa se ha mostrado claro. Para el investigador del CSIC, la brecha entre Ciencia y Sociedad llegó a ser demasiado evidente y su institución tuvo que tomar medidas. “El CSIC pensó que la gente tenía que saber qué era la Ciencia, qué era eso a lo que dedicaban parte de sus impuestos”, ha comentado. Carrascosa ha explicado que “a los ciudadanos les interesa la Ciencia por dos razones: lo inalcanzable y lo cotidiano”, y ha asegurado que “cuando a la gente se le explica algo que no entiende, disfruta, porque descubre que está aprendiendo, y a mí eso me resulta muy satisfactorio”.
Por último, la intervención de Noemí Gómez se ha basado en la defensa del papel del periodista especializado. Como profesional del sector ha sostenido la importancia de los comunicadores científicos como “negociadores” con los investigadores. “La comunicación científica es una negociación, tienes que conseguir que los investigadores bajen el listón para que la gente lo entienda” ha dicho. Gómez ha terminado manteniendo que, pese a que el Periodismo es un negocio, eso no es incompatible con la veracidad. “Hay que cuidar la información y no dar esperanzas al lector, eso es lo más importante. No es lo mismo una investigación en ratas que en humanos, y vender no es incompatible con el rigor científico”, ha sentenciado.
La jornada se ha cerrado con una ronda de preguntas abiertas por parte de los asistentes y un llamamiento general a la vocación de comunicador científico, una figura que los ponentes han calificado de “necesaria e imprescindible”.