Fiebre, tos, malestar general, sensación de pesadez hasta en los párpados… ¿Quién no ha sufrido alguna vez estos síntomas? Con la llegada del otoño y los cambios bruscos de temperatura, nuestros cuerpos se resienten y nuestras defensas bajan la guardia, dejando el camino libre a la temida gripe. Para la mayoría supone unos días en cama, algún que otro antibiótico y mucha sopita de mamá. Sin embargo, existe un segmento de la población para el cual el virus puede transformarse en una enfermedad más grave y traer complicaciones. Son los denominados grupos de riesgo. En la actualidad, según datos del Grupo de Estudio de la Gripe, en España se producen entre 1.500 y 4.000 defunciones anuales debido a complicaciones específicas de los diferentes grupos de riesgo. Por este motivo, se hace hincapié en la importancia de la vacuna, ya que puede evitar entre el 70 y el 90% los casos de infección, ayudando también a prevenir la propagación. Las personas que conforman estos grupos de riesgo son los niños menores de 2 años, los mayores de 65 y las personas de todas las edades con determinadas afecciones, tales como inmunodepresión o enfermedades crónicas cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas, como la diabetes.
“La vacunación en estos grupos de riesgo es de vital importancia porque el virus de la gripe no es sólo causa de enfermedad primaria, sino que puede derivar en otras patologías o agravar enfermedades de base, como la insuficiencia cardiaca congestiva, el asma o la diabetes”, indica el Dr. Ramón Cisterna, coordinador del Grupo de Estudio de la Gripe. Mientras las personas mayores acuden a vacunarse cada año con asiduidad, el resto de grupos de riesgo no es tan constante, resultando cada año en cientos de personas que se exponen sin necesidad a un virus que puede ser fatal.
Además de los ciudadanos más propensos a sufrir complicaciones, se recomienda también la vacunación de personas potencialmente capaces de transmitir la gripe a otras personas de alto riesgo. Dentro de este grupo se incluye a los trabajadores del ámbito sanitario, a los que realizan servicios para la Comunidad, como conductores de autobuses y policías, o a aquellos que convivan con personas de un grupo de alto riesgo. A todos aquellos que crean poder pertenecer a este colectivo o estén en contacto permanente con alguien que sí está en uno de estos grupos, se recomienda que acudan a su médico o a su centro de salud para resolver dudas acerca de si debe o no vacunarse.
Desde Infoactualidad animamos a que todos hagan eco de la importancia de la vacunación y de los peligros de no inmunizarse a familiares o amigos que pueden pertenecer a un grupo de riesgo. Debemos combatir la pereza y la falta de información para cuidar de nuestros seres queridos. Por supuesto, para todos los que no necesitan vacunarse, también existen maneras de evitar pasar unos días en cama. Nuestros consejos: abrigarse bien, ventilar la casa todos los días y mucha Vitamina C.